Si un país propone un modelo educativo basado en la no existencia de las artes está condenando a que la juventud sea, mañana, una masa de adultos acríticos.
La gente que sigue al otro equipo tiene cara y cuerpo y sonrisa, nombre y apellido; no puedes pensar nunca que es idiota por definición, o mala persona.
Sánchez e Iglesias han querido hacer su política de cambalache con los separatistas utilizando al rey en una interpretación constitucional chapucera y troyana…