La creciente dependencia de Moscú le renta y le complica las cosas a la vez, en su conflicto eterno con Azerbaiyán por el enclave de Nagorno Karabaj. Ahora, la mediación europea surte efecto.
El fuego cruzado iniciado el martes ha dejado al menos 155 muertos y ha hecho saltar las alarmas de la comunidad internacional, especialmente de Rusia.