Un respiro para los hospitales cerca del frente
Un dispositivo de ambulancias de Médicos Sin Fronteras (MSF) traslada pacientes desde las regiones más expuestas a la guerra en Ucrania hacia centros con más capacidad y menos saturados.
"Es insufrible. Duele todo. Es difícil respirar, quema por todas partes". Un hombre de 45 años susurra estas palabras sin apenas mover los labios, mientras espera la evacuación médica de un hospital de primera línea en la región de Donetsk. Resultó gravemente herido en un bombardeo y presenta quemaduras en el 90% de su cuerpo, incluidos los órganos internos. Necesita atención médica especializada, que normalmente solo se encuentra en hospitales alejados de las zonas de conflicto. Una ambulancia de Médicos Sin Fronteras (MSF) lo traslada a Dnipro, un centro médico donde reciben tratamiento los pacientes procedentes de las regiones más peligrosas.
“Las ambulancias de MSF trasladan con frecuencia a pacientes de hospitales de primera línea tras la cirugía y la atención médica inicial, pero no hay garantías de que no les pase nada durante el traslado. Pueden producirse hemorragias y el estado del paciente puede pasar rápidamente de estable a inestable. Llevamos los medicamentos necesarios para estabilizar a los pacientes en estos casos, o para aplicar un torniquete y administrar un fármaco hemostático (para contener las hemorragias) si es necesario”, me explica el paramédico de MSF Dmytro Bilous, que ha estado trabajando cerca de la línea de frente con el equipo de ambulancias de MSF.
Las quemaduras y otras lesiones relacionadas con la guerra -traumatismos craneoencefálicos, lesiones en tronco y extremidades, daños en los tejidos blandos y hemorragias masivas- representan más del 60% de los casos que nuestros médicos encuentran al trasladar pacientes. A 31 de julio, el equipo de ambulancias de MSF había realizado 8.000 derivaciones de pacientes, de los cuales el 15% requirieron transporte en ambulancias de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Más de la mitad de estas lesiones fueron causadas directamente por la guerra.
Los equipos médicos de MSF han observado que las instalaciones médicas situadas a entre 20 y 30 kilómetros de las zonas de conflicto en el este y el sur de Ucrania están completamente destruidas o parcialmente dañadas debido a los incesantes bombardeos de los últimos dos años. Las que siguen funcionando se enfrentan a una escasez crítica de personal médico. Desde que comenzó la guerra a gran escala en febrero de 2022, muchos médicos especialistas han huido a ciudades más seguras o al extranjero. Los hospitales también sufren escasez de camas, ya que están desbordados no solo por los heridos de guerra, sino también por aquellos que padecen enfermedades crónicas, infartos, derrames cerebrales y lesiones por accidentes de tráfico.
La necesidad de transporte médico en ambulancia se hace especialmente acuciante durante los ataques con misiles de gran potencia, cuando los hospitales se ven desbordados por la afluencia masiva de heridos.
“Como resultado de un ataque en Kostiantynivka, en Donetsk, el 9 de agosto, 14 personas murieron y más de 40 resultaron heridas. Fueron alcanzados un supermercado y una oficina de correos en el centro de la ciudad, donde había muchos civiles. Hubo decenas de heridos. Los médicos de MSF ayudaron a curar y suturar heridas. También trasladamos a dos heridos graves a Dnipro en ambulancias. Con una afluencia constante de pacientes con traumatismos que necesitan ser derivados, los equipos de ambulancias se aseguran de que los pacientes sean trasladados a hospitales donde puedan recibir la atención especializada que necesitan”, me explicó Christopher Stokes, coordinador de emergencias de MSF en Ucrania.
Esta situación pone de relieve lo imprevisible que resulta saber cuántas camas de cuidados intensivos o de cirugía se necesitarán mañana en un hospital determinado. Los bombardeos pueden producirse en cualquier momento, y los equipos trabajan en un estado de emergencia constante. Se han dado casos de pacientes heridos de guerra que han tenido que ser evacuados bajo el fuego, pero los médicos siguen cumpliendo con su deber.
“Tengo un hijo. Se enfada cuando me voy y me pregunta: '¿Vas a volver, verdad? Siempre le digo: 'Sí, claro, volveré'. Tengo que trabajar para que crezca sin ser testigo de todo esto”, me cuenta Dmytro Bilous, paramédico de MSF.
Las ambulancias de MSF empezaron a realizar derivaciones médicas en Ucrania en abril de 2022. Hoy, la flota consta de 17 vehículos, apoyados por 36 paramédicos, 8 médicos y 26 conductores, todos los cuales trabajan incansablemente para garantizar una atención adecuada. Además, logistas, farmacéuticos y coordinadores garantizan el funcionamiento del proyecto.
Dmytro Bilous me comenta que a menudo preguntan a los civiles por qué siguen viviendo cerca de la línea del frente a pesar del peligro. La respuesta más común: "sencillamente no tuvimos tiempo de evacuar". Según las estimaciones, aproximadamente un millón de ucranianos siguen viviendo cerca de las zonas de conflicto. Se aferran a las casas que han construido a lo largo de su vida, a calles familiares, jardines, flores y árboles que, a pesar de la guerra, siguen dando frutos. Se aferran a la esperanza de paz.
120.000 kilómetros cada mes
• MSF opera 17 ambulancias cerca de la línea de frente, incluidos cinco vehículos de UCI y tres que permiten trasladar a varios pacientes.
• En 2024, el número de pacientes trasladado por las ambulancias de MSF ha aumentado un 30% respecto a finales de 2023.
• Las ambulancias de MSF recorren hasta 120.000 kilómetros mensuales, con un 40% de casos no traumáticos y un 60% de heridos de guerra.
• Entre los transportados, 136 eran niños, 38 de los cuales necesitaron cuidados en la UCI. El paciente más joven tenía tres días y el mayor 98.