Los líderes de Rusia y China se vieron en febrero, pero el mundo se ha dado la vuelta desde entonces. El mensaje que salga de su cita se espera con ansia.
Washington refuerza sus maniobras cerca de la isla, pese a los avisos de Pekín, y se aceleran las visitas tras la de Pelosi que dio comienzo a la nueva crisis.
"No están relacionada con la actual situación internacional y regional”, asegura Pekín, pese a que Taiwán y Ucrania están como telón de fondo, chocando con Occidente.
El nuevo contrato busca asegurar el buen funcionamiento y fiabilidad de los misiles Patriot taiwaneses a medida que el armamento acumula años en funcionamiento.
Pekín anuncia que patrullará "regularmente" las aguas en torno a lo que considera una provincia rebelde tras unos ejercicios "justificados" para garantizar su seguridad.
Esto no es como el gas o el petróleo de Rusia, que se puede buscar en otro lado: si no son 'made in Taiwán', casi no hay nada que mueva tu teléfono o tu lavadora.