Un informe de MSF y el IECAH evidencia el fracaso de un planeta con poco corazón ante los 36 conflictos abiertos hoy. Intereses, dobles raseros y olvido que impiden proteger a los civiles y darles respuestas básicas. Un fracaso colectivo.
"La guerra en Sudán sigue atormentándonos, desgarrando familias. Quienes huyen comparten las mismas historias de pérdida e incertidumbre. Ya no hay esperanza de que algún día tengamos paz".
El país africano supera los 8,5 millones de desplazados y refugiados, avanzan la desnutrición y las enfermedades por falta de sanidad y la ayuda no llega. Se calcula que ya van 15.200 personas muertas.
"Sufren un horror inimaginable cada día que pasa mientras las Fuerzas de Apoyo Rápido y las Fuerzas Armadas de Sudán compiten temerariamente por el control".
Los conflictos armados dejan 238.000 muertos y un coste de 15,5 billones de euros, el 13% del PIB del planeta. Afganistán vuelve a ser el país más violento del mundo.
Nuestro país es el tercero en Europa con más solicitudes de asilo, con 118.842 el año pasado, en un momento de récord mundial, pero también es el tercero por la cola en resoluciones favorables. 80.000 se han topado con el sistema en 2022.
Los combates han causado la muerte de más de 600 civiles y heridas a 5.000 más. Hay 700.000 desplazados internos y han escapado del país 120.000 sudaneses más.
"Animamos a los dos grupos a que se comprometan a acabar con el conflicto y a que aseguren el acceso humanitario sin restricciones", dicen desde Washington.
Cruz Roja avisa de que los hospitales se están quedando sin suministros, mientras se ha liberado a 177 soldados egipcios detenidos por los paramilitares.
Hay preocupación por la evolución del conflicto entre militares y milicias y por ataques a extranjeros, como el embajador de la UE y diplomáticos de Washington.