La violencia empeora por noveno año consecutivo por conflictos armados e inestabilidad política
Los conflictos armados dejan 238.000 muertos y un coste de 15,5 billones de euros, el 13% del PIB del planeta. Afganistán vuelve a ser el país más violento del mundo.
El mundo es, un año más y van nueve seguidos, un lugar cada vez más violento por la inestabilidad política y la aceleración de los conflictos armados, cada vez más internacionalizados -más de 90 países están implicados en algún tipo de enfrentamiento exterior- y cada vez más cruentos: en el último año han muerto en torno a 238.000 personas en todo el mundo debido a ellos, a un coste económico de hasta 17,5 billones de dólares (15,5 billones de euros), el 13 por ciento del PIB mundial en 2022.
Estas son algunas de las conclusiones del 17º Índice de Paz Global del Instituto para la Economía y la Paz (IEP) publicado este miércoles y que sitúa además a Afganistán como el país más violento del mundo por sexto año consecutivo, seguido de Yemen, Siria, Sudán del Sur y República Democrática del Congo, mientras que Ucrania ha registrado en el último año el mayor deterioro de sus niveles de paz.
Islandia es, según la clasificación del IEP, el país más pacífico del mundo, una posición que ocupa desde 2008, seguida de Dinamarca, Irlanda, Nueva Zelanda y Austria. Libia, por su parte, ha experimentado la mayor mejora en el nivel de paz general debido al cese del conflicto armado entre las dos administraciones paralelas del país, si bien la tensión política entre ellas sigue siendo enorme, al subir 14 puestos, hasta el 137.
España figura en el puesto 31, después de un descenso que le sitúa ya como el decimocuarto país menos pacífico de Europa, de un total de 36.
En realidad, aunque el informe destaca mejoras puntuales en regiones como Oriente Próximo o Norteamérica (gracias a Canadá, principalmente), estas buenas noticias nada pueden hacer para subir la media de paz frente al incremento de la violencia en otras regiones como América Central, el Caribe y América del Sur, de acuerdo con las conclusiones del informe. De hecho, un total de 79 países han visto incrementados sus niveles de conflicto, entre ellos Etiopía, Birmania, Israel o Sudáfrica, así como la propia Ucrania. Un total de 91 están implicados en algún tipo de conflicto exterior, frente a los 58 de 2008.
Etiopía ocupa un lugar especial en el informe, que destaca la extraordinaria violencia registrada por el conflicto en la región septentrional de Tigray, que acabó el año pasado con un acuerdo de paz entre el Gobierno etíope y el Frente Popular de Liberación de Tigray (TPLF) a un coste mínimo de 100.000 vidas directas y 200.000 si se suman los muertos por la hambruna generada por los enfrentamientos (aunque la Unión Africana estima en torno a los 600.000 muertos) desde el estallido del conflicto en 2022.
En lo que concierne al África subsahariana, Malí registró el mayor deterioro de los niveles de paz, con un aumento del 154 por ciento de las muertes relacionadas por el conflicto, mientras que la violencia contra los civiles aumentó en un 570 por ciento.
Todos estos conflictos representan un coste prácticamente incomprensible: el impacto de la violencia en la economía mundial ha aumentado en casi un billón de euros, hasta alcanzar la cifra récord de 15,5 billones de euros a causa del gasto militar derivado de la guerra de Ucrania. Se trata de unos 2.000 euros por cada persona del planeta, según el IEP, en una estimación que pone de manifiesto una enorme disparidad: los diez países más afectados registraron un coste de media del 34% de su PIB, frente a solo el 3% de los diez menos afectados.
Sube el coste de la guerra
Ucrania, comprensiblemente, ha caído 14 puestos en la lista, hasta el 157. La invasión rusa que comenzó en febrero de 2022 ha provocado que el impacto de la violencia allí haya aumentado en un 479%, a un coste de 449.000 millones de dólares (410.000 millones de euros), el 64% de su PIB.
La guerra en Ucrania es la culpable del descenso generalizado de la seguridad en Eurasia y Rusia, país este último que, paradójica y tristemente, habría visto cómo subía en el ránking de paz si no hubiera lanzado la invasión.
En términos generales, el gasto militar en el mundo ha aumentado en un 17% desde 2008, con los incrementos de China (164.000 millones de euros), Estados Unidos (59.000 millones de euros) e India (36.500 millones de euros) a la cabeza.
Este coste podría ser mucho mayor, según el Instituto, en el caso del gravísimo escenario de un bloqueo chino sobre Taiwán, un territorio cuya soberanía reclama China desde hace décadas y que desde hace meses se ha convertido en un serio punto de fricción entre Washington y Pekín. El Índice muestra que, si se materializara este bloqueo, la producción económica mundial caería, solo el primer año, en 2,5 billones de euros, el 3% del PIB mundial.
Casi el 60% de esta pérdida se produciría en China y Taiwán. Se calcula que la economía china se contraería un 7% y la taiwanesa casi un 40%.
"Tras las guerras de Afganistán, Irak y Siria, y ahora la de Ucrania, es obvio que los ejércitos más poderosos no pueden imponerse a una población local bien dotada de recursos", avisa en sus conclusiones el fundador y presidente ejecutivo del IEP, Steve Killelea.
"La guerra se ha convertido, en la mayoría de los casos, en algo imposible de ganar y en una carga económica cada vez más pesada. Así lo pone de manifiesto el impacto de un posible bloqueo económico sobre Taiwán, que provocaría una recesión económica mundial dos veces más grande que la crisis financiera mundial de 2008", avisa.