"Aprecio de esta generosa participación que encarna los profundos lazos de amistad sólida y solidaridad que une entre los pueblos español y marroquí", afirma el rey Mohamed VI.
El terremoto le pilló en su palacio de Francia y tardó horas en acudir a su país, pero ahora trata de mejorar su imagen. Sobre el terreno, ahora preocupan las lluvias.
Zonas rurales poco desatendidas y sin servicios sufren ahora repetidos temblores, sobre sus edificios hechos harina, mientras Rabat cierra la puerta a la llegada de ayuda humanitaria de países como Francia o Alemania.
"España sigue siendo la potencia administradora de la última colonia de África", recuerda, pero ha decidido "ignorar lo establecido por el derecho internacional".
La propia fecha, este jueves y durante el Ramadán, da buena muestra del interés de Mohamed VI. El Gobierno espera ver "frutos" de inmediato, como ha expresado Félix Bolaños.