Voy por la calle, o por un parque. Veo algo que me llama la atención: un chupete caído, un clavo oxidado, una cinta que el viento se llevó jugando del pelo de una niña, un resguardo arrugado de lotería... Lo guardo en mi bolso y, a veces, observándolo después, me cuenta una historia que yo simplemente transcribo. Ésta es la base del proyecto que les presento aquí y que está expuesto en Cuenca.