Cómo reconocer y aliviar el estrés a través del yoga
Xuan-Lan, profesora en 'OT', explica los beneficios de la meditación y cómo el yoga puede cambiar tu relación con los demás.
Basta de poner la falta de tiempo como excusa. Con cinco minutos al día puedes relajarte... y cambiar tu vida. Xuan-Lan, experta en yoga y profesora de esta disciplina en la Academia de Operación Triunfo, lo ha comprobado por sí misma y quiere animar a todo el mundo a vivir los beneficios más desconocidos del yoga.
Además de dar clases en vivo y online y de contar en redes todos sus movimientos a sus más de 75.000 seguidores, Xuan acaba de publicar Yoga para mi bienestar (Grijalbo) y, pese a su apretada agenda, todos los días encuentra un rato para "no hacer nada". En cuanto se levanta (y antes de mirar el móvil y de desayunar), medita cinco minutos con su marido. Pasado ese tiempo, cada uno sale pitando a sus asuntos, explica. Desde hace 18 años, les funciona.
Quizá te desanimes al ver cómo se contorsiona en sus vídeos, pero no te confundas: la flexibilidad es lo fácil, asegura Xuan. "La parte mental es la más difícil. Y la más interesante", señala a El HuffPost. "No podemos separar el cuerpo de la mente".
Por eso no se puede hablar del yoga como "deporte", sino como "disciplina" que combina parte física y filosófica. De hecho, para Xuan es "mucho más que un deporte" y funciona como una actividad complementaria perfecta para deportistas. "Si haces deporte, el yoga te puede ayudar a mejorar tu entrenamiento, y además te ayuda en el día a día", sostiene. "Es justamente para que la gente no flexible gane flexibilidad, o para que la gente no zen y acelerada consiga calmarse y estar más tranquilo", aclara la experta.
Cómo reconocer y aliviar el estrés
Aunque estemos hartos de quejarnos de estrés, tomar conciencia de él no es tan sencillo como parece. "El yoga nos enseña a observarnos, a reconectar con sensaciones, emociones y pensamientos, a saber si el estrés está en fase 1 o en fase 2, y cuándo es el momento de calmarse", afirma Xuan. El estrés tiene tres fases:
1. Un estímulo, que puede ser un miedo o simplemente una reacción a una información del exterior. Por ejemplo, "la fecha de entrega de un trabajo o una reunión importante", ilustra Xuan.
2. La respuesta corporal. "El cuerpo desarrolla unos cambios metabólicos y envía más sangre hacia los músculos y menos al cerebro, para estar listos para huir o luchar contra el oso o el león. El problema es que ahora no vamos a salir corriendo cuando el jefe nos pida algo, así que el cerebro no reacciona bien, y es ahí donde hay que trabajar para reconocer y calmar el estrés".
3. Un problema crónico. "Cuando hay tantos estímulos de estrés que tu cuerpo está en un sistema de lucha y huida constante, te quema la energía y te agotas. Por eso cuando tenemos mucho estrés estamos cansados sin necesidad de haber salido a la calle a correr 20 kilómetros. Hay una sensación de agotamiento mental y físico".
La importancia de "no hacer nada"
Una vez que reconoces en qué fase te encuentras, ¿qué haces?
Meditar o, dicho de otra manera, nada.
"La meditación es una de las herramientas más potentes para gestionar el estrés. Pero tiene que ser una práctica diaria, no puntual, ni una vez al mes o sólo en las vacaciones", advierte la profesora.
Pero que no cunda el pánico: el mindfulness es más difícil de pronunciar que de practicar. "Basta coger cinco minutos al día, al levantarse, en un momento tranquilo, para respirar, y nada más. Si no sabes respirar (y esto me cuesta imaginarlo), observa la respiración, que es la base del mindfulness. Si no lo consigues, ponte una app de meditación y escucha las instrucciones", recomienda. "Hay que darse un tiempo de no hacer nada, cosa que nunca nos permitimos. Nunca nos dejamos un momento de contemplación y tranquilidad. Tenemos la mala costumbre de pensar que no hacer nada es perder el tiempo. En absoluto. No hacer nada cinco minutos te permite calmarte. Y después sigues. Todo el mundo tiene unos minutos al día", recalca Xuan.
El beneficio más desconocido del yoga
La profesora es consciente de que la gente suele recurrir al yoga por sus "beneficios físicos y antiestrés", pero insiste en que eso es sólo una pequeña parte de la disciplina. Lo que más le ha sorprendido es cómo le ha ayudado "a mejorar la relación con los demás". Así lo cuenta:
Pero va más allá. El yoga ha cambiado por completo la vida de Xuan, y no sólo porque antes trabajaba en banca y ahora se pasa "el día en leggings". "De manera general, mi visión del mundo y mi relación con el planeta ha cambiado. Elijo mi vida con nuevos valores de respeto, que me han dado estos años de práctica", asegura.
La alimentación, clave
Además de posturas de yoga (o asanas) y consejos personales de meditación, Yoga para mi bienestar también incluye recetas ("muy fáciles") y canciones, para Xuan, algo muy ligado al estado de ánimo y a la sensación de bienestar de cada uno.
"La comida tiene un efecto en la actividad cerebral: aparte de pesadez o estreñimiento, te puede dar sueño o pesadillas", apunta Xuan-Lan. "Consiste en comer equilibrado, saludable y responsable (no sólo por el tema de grasas o azúcares) y, si se puede, priorizar los alimentos de kilómetro 0 y productos locales para ser más responsables con nuestro entorno".
¿Y lo cumple a rajatabla? "Ayer cené, de primero, una crema de calabaza, que es la época y soy superfán. Y de segundo, brócoli al vapor con una burger de tofu, champiñón y trigo sarraceno", confiesa. "La burger ya estaba hecha", admite, "fue algo rápido porque llegué un poco tarde a casa".
Pero Xuan también merienda. Aparte de crema de verduras, sopa de miso y ensalada de cuscús, el libro incluye recetas de brownie y crepes. "Hay que darse momentos de merienda y de dulce si nos apetece. Pero hay maneras y maneras. ¿Bollería industrial o hacerte unos pancakes de trigo sarraceno con crema de avellana casera? Es otra forma de merendar".
Al fin y al cabo, una de sus máximas es que hay que aprender a quererse, con antojos incluidos.