El primer ministro británico, Keir Starmer, ha considerado beneficioso para la economía este plan para reducir la presión sobre el sistema de sanidad público.
El laborista se agarra a la herencia recibida para explicar por qué va a acometer subidas de impuestos y recortes de gasto público para tapar un agujero de 22.000 millones de libras dejado por Sunak.
Ultraderechistas enmascarados asaltan dos hoteles en los que se alojan inmigrantes en las localidades de Rotherham, , en el norte de Inglaterra, y Tamworth
El premier saliente de Reino Unido dice que "ha recibido la clara señal" de cambio pero insiste en que deja el país "más seguro y más fuerte" que antes. Abandonará el liderazgo de los conservadores en cuanto haya sustituto.
Del nuevo primer ministro laborista se espera acción, tras el desastre conservador, pero también prudencia: la ola que lo lleva a Downing Street tiene muchos grados de rojo y deberá contentar a intereses dispares. Los retos son mayúsculos.
Con más de la mitad de los 650 diputados adjudicados, el partido liderado por Keir Starmer llevaba ya 257 representantes, por 49 de los conservadores del jefe de Gobierno actual, Rishi Sunak. El izquierdista será el nuevo primer ministro.
Los sondeos son claros: Keir Starmer será el ganador con entre 15 y 17 puntos por encima del actual primer ministro, el conservador Sunak. Muchos años de crisis, polémicas internas y falta de respuestas pueden acabar con 14 años de 'tories'.
El primer ministro de Reino Unido llegó al liderazgo de su partido y a Downing Street con el reto de recomponer a la derecha y hacerla creíble. Nada de eso ha sucedido. Por más que trate de reivindicar sus éxitos económicos, nadie lo ve ganador.
Tras 14 años de Gobiernos conservadores y una legislatura con tres 'premieres', este abogado y fiscal de prestigio, nombrado hasta sir, promete un cambio tranquilo y estabilidad. Ahora debe demostrar que no sólo crece por deméritos ajenos.
Un 'premier' agitado y, en ocasiones, agresivo recurrió a las supuestas subidas de impuestos que los laboristas planean si alcanzan el poder, algo que Starmer, proyectando una imagen de estadista, rechazó salvo en "casos específicos".
El primer ministro ha adelantado al 4 de julio unos comicios que no deberían ser hasta final de año. Las encuestas dan la victoria masiva a sus oponentes laboristas, pero el acelere busca detener esa sangría y hacer vales sus últimas buenas acciones.
El primer ministro británico ha expuesto esta semana en el congreso conservador las apuestas del año de mandato que le queda, hasta con polémicas homófobas de por medio. Por ahora, ni el toque populista le renta y su opositor le saca 20 puntos.
Sunak sufre un duro golpe después de que los liberaldemócratas hayan diezmado su mayoría de 19.000 votos en las circunscripciones de Somerton y Frome, al suroeste.
El líder de la oposición británica, Keir Starmer, se muestra como alternativa a la "puerta giratoria del caos" en las filas conservadoras y promete liderazgo a la hora de tomar medidas difíciles: "Lo haré como primer ministro".