Trump la lía al acusar al Partido Laborista británico de interferir en las elecciones a favor de Harris
El republicano también se hace la víctima después de que Biden haya llamado a "encerrarlo... políticamente".
El candidato republicano a la Casa Blanca, el expresidente Donald Trump, ha causado esta madrugada una importante polémica al acusar al Partido Laborista británico de interferir en las elecciones estadounidenses a favor de su rival demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris.
La campaña del republicano demandó ante la Comisión Federal Electoral a Harris y al partido del primer ministro británico, Keir Starmer, por "contribuciones ilegales a campañas extranjeras e interferencia" en las presidenciales estadounidenses. Según el equipo de Trump, el Partido Laborista es una formación de "extrema izquierda" que "ha inspirado las políticas y la retórica peligrosamente progresistas de Kamala", además de haber "reclutado y enviado a miembros del partido para hacer campaña" a favor de Harris en los estados más disputados.
“En dos semanas, los estadounidenses volverán a rechazar la opresión del gran gobierno que rechazamos en 1776", afirmó Susie Wiles, portavoz de Trump, en referencia a la independencia de Estados Unidos del Reino Unido. "La aceptación y el uso de esta ayuda extranjera ilegal por parte de la campaña de Harris es solo otro débil intento en una larga lista de interferencias electorales antiestadounidenses”, agregó.
Los republicanos han levantado la voz contra los laboristas británicos después de que la jefa de operaciones del Partido Laborista, Sofia Patel, publicara en Linkedin un mensaje para reclutar a voluntarios que quisieran hacer campaña para Harris en Estados Unidos. En el mensaje, que ya ha sido borrado, Patel explicaba que tenía 100 voluntarios listos para viajar a Carolina del Norte, Nevada, Pensilvania y Virginia, y que le quedaban todavía diez puestos libres para Carolina del Norte con el alojamiento pagado.
Aliados de Trump, como la congresista ultraderechista Marjorie Taylor Greene o el magnate Elon Musk, arremetieron en redes sociales contra los laboristas británicos por hacer campaña para Harris, aunque siempre ha habido estrechas relaciones entre los partidos estadounidenses y británicos.
Tanto la exprimera ministra del Reino Unido Liz Truss, del Partido Conservador británico, como el político Nigel Farage, quien hizo campaña a favor del Brexit, participaron el pasado julio en la Convención Nacional Republicana en apoyo a Donald Trump.
Las relaciones bilaterales no están en peligro
Ante las acusaciones del magnate, el premier británico ha respondido esta mañana restándole importancia al asunto. En unas declaraciones a los periodistas que le acompañan en su viaje a Samoa para participar en la reunión de la Mancomunidad Británica de Naciones (Commonwealth), Starmer dijo que su relación con el antiguo presidente republicano no está en peligro.
Cuando se le preguntó si fue un error que los altos funcionarios se hubieran reunido con personal de la campaña de Harris, como señala Trump, Starmer insistió en que todos los miembros de su partido estaban en EEUU de manera voluntaria, similar a lo que sucedió en elecciones anteriores. "Eso es lo que han hecho en elecciones anteriores, es lo que están haciendo en esta elección. Y eso es realmente sencillo", dijo a los periodistas.
También descartó que esto pueda poner en peligro su relación con Trump si éste gana las elecciones de noviembre en EEUU. "Pasé tiempo en Nueva York con el (ex)presidente Trump, cené con él y mi propósito al hacerlo era asegurarme de que entre los dos estableciéramos una buena relación, lo cual hicimos, y le agradecí mucho que se tomara el tiempo", agregó Starmer. "Como primer ministro del Reino Unido, trabajaré con quien sea que el pueblo estadounidense decida elegir como su presidente en las elecciones que están ahora muy cerca", resaltó.
"Tenemos que encerrarlo... políticamente"
Por otro lado, también se ha generado revuelo por las palabras del aún presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha afirmado durante un acto de campaña electoral que hay que "encerrar" a Donald Trump, antes de agregar rápidamente que se refiere a apartarlo de la arena política.
"Este es un tipo de también quiere reemplazar a todos los funcionarios públicos, a todos y cada uno. Cree que tiene derecho, en virtud del fallo del Tribunal Supremo sobre la inmunidad, a poder, si fuera necesario, eliminar físicamente, disparar, matar a alguien que crea que sería una amenaza para él. Suena como si hubiera dicho esto hace cinco años: 'Me encerrarían'. Tenemos que encerrarlo", ha dicho mientras la multitud aplaudía para segundos después agregar: "Encerrarlo... políticamente". Y más: "Dejarlo afuera. Eso es lo que tenemos que hacer".
Biden ha remarcado que la democracia estadounidense "está en juego", instando a sus simpatizantes a pensar en lo que "sucedería" si Trump gana estas elecciones, y pidiendo el voto para la candidata demócrata. "Es una amenaza genuina para nuestra democracia, y eso no es una hipérbole. Este tipo es un peligro para la República", ha manifestado.
Trump, obviamente, no se ha tomado nada bien la supuesta metáfora, así que su equipo de campaña ha pedido a Harris, la aspirante a sucesora de Biden, que condene sus palabras públicamente. "Joe Biden acaba de admitir la verdad: su plan y el de Kamala desde el principio ha sido perseguir políticamente a su oponente, el presidente Trump, porque no pueden derrotarlo de manera justa. La administración Harris-Biden es la verdadera amenaza para la democracia. Hacemos un llamado a Kamala Harris para que condene el vergonzoso comentario de Joe Biden", anota en un comunicado Karoline Leavitt, secretaria de Prensa Nacional de la Campaña Trump.
Biden ha puesto el dedo en la llaga de los procesos judiciales que asedian al republicano, algunos de los cuales han acabado mal. Este año, Trump fue condenado en un juicio penal a varios delitos graves después de que un jurado de Nueva York determinara que había pagado ilegalmente a una estrella porno con la que había tenido una relación extramatrimonial para evitar que el escándalo saliera a la luz en las elecciones de 2016. La sentencia del juez se sabrá después de las elecciones, el 26 de noviembre.
El expresidente, además, se enfrenta a casos pendientes relacionados con supuestas irregularidades tras las elecciones de 2020 y su presunto mal manejo de documentos clasificados. Trump ha apuntado que todos estos casos son fruto de una caza de brujas por parte de los demócratas.