Tel Aviv y Teherán no siempre se han odiado. Por un tiempo, fueron buenos socios. La Revolución Islámica lo cambió todo. Ahora, las acusaciones y ataques se cruzan sin que ninguno asuma quién empezó. Está por ver en qué queda su último choque.
Tel Aviv sostiene que había sido atacado previamente en posiciones en esta zona ocupada y Hezbolá, de seguido, ha publicado vídeos que lo constatarían.
Los choques se han ido intensificando en estos seis meses de contienda en la franja y mantienen a ambas partes en vilo ante la constante amenaza de conflicto abierto.
La muerte de tres soldados israelíes por un ataque proiraní enciende las alarmas sobre un desbordamiento del conflicto regional, con Gaza en el corazón. Estados y actores están en una espiral de riesgo insostenible. Cuando nadie miraba a la zona...
Teherán, como líder del denominado Eje de la Resistencia, mantiene una alianza informal y desestructurada con varios grupos armados en la zona que se han activado a favor de Hamás y contra Israel y sus aliados.
Era el líder adjunto de una unidad de la fuerza Radwan del grupo. Una baja "dolorosa" y que hará que "ahora las cosas se recrudecerán" en la frontera libanesa-israelí.
Las milicias islámicas juraron venganza tras el asesinato del número dos de Hamás el pasado miércoles y han lanzado decenas de misiles durante este sábado.
El peor choque desde 1948 no sólo deja más muertos que nunca, rehenes, rabia y odio en cantidades desconocidas, sino una ola de preguntas, dudas, rupturas e incertidumbres. Sobre las víctimas, la certeza de que queda mucho dolor por llegar.
"Estamos preparados para utilizar nuestras herramientas de sanciones antiterroristas contra individuos o entidades rusas que realicen estas transferencias desestabilizadoras", avisa la Casa Blanca.
Un escenario de escalada de la contienda en Oriente Medio no es alarmista, sino realista. Occidente trata de evitarlo, porque sus consecuencias serían imprevisibles. Su olvido de la zona y sus parches económicos para el conflicto no han ayudado.
Más allá de la lucha contra Hamás, el Gobierno de Netanyahu también se enfrenta a un aumento de las hostilidades en la región fronteriza que comparte con Líbano.
Militarmente mucho más fuerte que cuando libró su última guerra contra Israel, en 2006, hoy está en sus manos decidir si la historia se repetirá 17 años después.
La milicia palestina cuenta con apoyos principalmente en Irán y en Líbano, donde se les ha dado dinero y formación por décadas. Otros estados pueden ayudar con la mediación y lo humanitario. Hay que vigilar que los frentes no se multipliquen.
La intensificación de los frentes que convierten el conflicto palestino-israelí en un polvorín preocupa por la gravedad de los incidentes y por las consecuencias desconocidas.