El mundo acumula datos históricos de desplazados, que llevan 12 años subiendo de forma ininterrumpida, pero hace poco al respecto. España, por ejemplo, es el país UE que menos asilo concede. El miedo al otro acaba de aupar a los ultras en el 9-J.
Médicos Sin Fronteras pregunta a las personas rescatadas en el Mediterráneo por su barco, el Geo Barents, sobre los objetos que les dan fuerza y esperanza.
Una investigación en la que participa 'El País' desvela cómo se usa la financiación europea para frenar la llegada de migrantes y refugiados a los países comunitarios.
Vaya seis meses: ni las elecciones domésticas (con sus negociaciones) ni la nueva guerra en Gaza deslucen el semestre español, que ha esprintado y conseguido acuerdos clave en materia de inmigración, reglas fiscales, emisiones e IA.
Esta reforma prevé un control reforzado de las llegadas de inmigrantes y el cierre de centros cerca de las fronteras para devolver más rápidamente a quienes no tienen derecho a asilo en la UE.
Más de 22.300 personas han muerto en el Mediterráneo Central en estos diez años desde que uno de los mayores naufragios que se recuerdan golpeó Italia.
Médicos Sin Fronteras (MSF) recopila la historias de algunos de sus rescatados en el Mediterráneo, aterradoras experiencias de las que no hay rastro en el acuerdo recién firmado por la Comisión Europea y el país norteafricano.
La isla italiana, que apenas supera los 6.000 habitantes, está desbordada, con más de cien desembarcos diarios. El Gobierno de Meloni le echa la culpa a la UE.