Las claves del nuevo Pacto de Migración y Asilo de la UE
Más control en las fronteras comunitarias y "solidaridad a la carta", los ejes de la norma más importante pactada por Bruselas en esta legislatura.
La Unión Europea ha conseguido, tras años de negociaciones, aprobar el Pacto de Migración y Asilo, un acuerdo que establecerá un mayor control de las fronteras exteriores de la UE, y ofrecerá a los gobiernos una "solidaridad a la carta" que permitirá eludir la acogida de parte de los migrantes reubicados con alternativas como el pago de una compensación por traslado rechazado.
Han hecho falta dos días de intensas negociaciones para terminar de cerrar los últimos escollos del complejo paquete legislativo que la Comisión Europea propuso en 2020.
El acuerdo logrado a primera hora de hoy entre los representantes de la presidencia del Consejo de la UE, el Parlamento Europeo y la Comisión Europea, deberá aún ser formalizado y adoptado en el primer semestre de 2024, antes de las elecciones europeas que se celebrarán entre el 6 y el 9 del próximo junio. España, que ostenta la presidencia temporal del Consejo, ha expresado su satisfacción por el pacto, posiblemente el más potente de la legislatura que ahora acaba, lleva "el sello y la firma" de nuestro país, afirma el presidente, Pedro Sánchez.
La idea de reformar la política migratoria europea comenzó a gestarse en 2016, cuando cerca de dos millones de inmigrantes y solicitantes de asilo llegaron a la UE huyendo de la guerra en Siria.
En septiembre de 2020, la Comisión dirigida por Ursula von der Leyen intentó reactivar la reforma presentando un nuevo pacto sobre migración y asilo, que ofrecía un enfoque integral para reforzar e integrar políticas en materia de migración, asilo y gestión de fronteras.
Las cuotas obligatorias de refugiados fueron descartadas tras el fracaso de la anterior Comisión y se optó por una solidaridad "a la carta", que permitirá a los Estados acoger voluntariamente a refugiados o participar de otra manera en los esfuerzos, por ejemplo financiando la construcción de centros de acogida.
Ahora, el complejo paquete migratorio pretende dotar a los Veintisiete de un mecanismo previsible para responder a las necesidades existentes, incluida la protección de las fronteras, la acogida de los refugiados y el retorno de quienes no tienen derecho a permanecer en la Unión.
¿Y eso en qué se concreta?
El principal eje del acuerdo anunciado hoy es la solidaridad entre los 27: existen países que reciben muchos más inmigrantes dada su ubicación geográfica limítrofe. El pacto reforzará el control de las fronteras exteriores de la UE y a su vez potenciará la solidaridad entre los Estados miembros. De esta forma se intentará llegar a un equilibrio entre solidaridad y responsabilidad.
Cuando un socio esté desbordado ante la llegada masiva de migrantes, los demás deberán responder ante ello mediante dos vías: aceptando reubicar a parte de los migrantes o compensando al Estado miembro por cada persona que rechace acoger. El objetivo es trasladar a al menos 30.000 migrantes cada año, pero los países podrán negarse a recibir a parte de los acogidos a cambio de una compensación de 20.000 euros por cada traslado rechazado o de medios o fondos por valor equivalente.
De esta forma, se intentará potenciar la solidaridad para dar una respuesta conjunta y por otro incrementar los fondos de los países en primera línea para una mejor gestión de los recursos en esta materia.
Se endurecerán los controles fronterizos y la evaluación de las peticiones de asilo será más rápida para devolver antes a los migrantes que procedan de países considerados seguros.
Los que precisen de protección internacional por pertenecer a colectivos vulnerables, tendrán garantizada su atención. El objetivo es que los controles sean más rápidos y eficaces para distinguir qué personas necesitan protección y asilo rápido.