La UE recompensa financieramente a países que le hacen de tapón en materia de migraciones y esa es su debilidad cuando, como Marruecos, se bajan los brazos.
"Las autoridades españolas han vuelto a defraudar a quienes buscan refugio", concluyen los datos de 2020, marcados por una bajada a causa de la pandemia.
El acuerdo con Turquía cerró el grifo de las llegadas, pero el problema no se ha resuelto, con guerras como la siria activas y sin polítias claras en la UE.
Las fuerzas antieuropeas y eurófobas que no han dejado de crecer desde la Gran Recesión desatada en 2009 pescan ahora, con saña, en el río revuelto del pánico y de los miedos cruzados.
España es la principal ruta de entrada a Europa, tenemos récord de solicitudes de asilo pero también cada vez a más personas en el limbo, esperando soluciones.
La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) se lamenta de que sólo resolviera favorablemente una de cada cuatro solicitudes presentadas el año pasado.
Esta es la historia de Canaan, un refugiado residente en España que va a poder ver a sus padres, salidos de Gaza, y presentarles a su hija, a la que no conocen.