Expediente Biden: qué escenarios se abren en el Partido Demócrata tras su debacle en el debate con Trump

Expediente Biden: qué escenarios se abren en el Partido Demócrata tras su debacle en el debate con Trump

Los movimientos en las filas demócratas han sido inmediatos y ya hay voces reclamando la retirada del actual presidente y candidato. Pero hay más opciones en el aire.

Joe Biden y su esposa Jill abandonan el plató de la CNNGetty Images

El grito de four more years que acompañaba los mítines de Joe Biden empieza a oírse menos. El batacazo en el debate contra Donald Trump en prime time y ante los ojos de todo EEUU ha puesto en jaque al Partido Demócrata. La incertidumbre al respecto del futuro del presidente y candidato a la reelección y la inmediatez de los comicios, previstos para el 5 de noviembre, pueden provocar un giro copernicano en la política.

A sus 81 años, que serán 82 semanas después de la votación, Joe Biden lucha contra una constante. Las cada vez mayores dudas sobre su estado físico y mental dada la cadena de despistes más o menos severos que acumula en su convulso mandato. Él mismo ha intentado rebelarse contra ese estigma... pero ni siquiera esos intentos le han salido bien. Pese a que su archienemigo cuenta sólo con tres años menos, las apariencias son radicalmente opuestas. El debate de este jueves en la CNN ha sido la puntilla.

Agotado, perdido, balbuceante... y hasta necesitado de la ayuda de su esposa para abandonar el plató, la imagen de un Joe Biden desfigurado ante Trump puede ir más allá de 'simplemente' perder el debate. Las reacciones han sido inmediatas: los republicanos, haciendo 'sangre'; los demócratas, planteándose el futuro abiertamente. La opción de que Joe Biden no sea el candidato hoy suena más que ayer (e intuímos que menos que mañana). 

No en vano, el corresponsal de la Casa Blanca de la CNN, John King, adelanta que hay movimientos de demócratas que se plantean llegar hasta el Despacho Oval a reunirse con Biden y convencerle de que abandone la carrera presidencial.

Los escenarios son múltiples; la incertidumbre es máxima:

¿Retirada?

Joe Biden, en el plató de la CNN en Atlanta donde tuvo lugar el debate.WILL LANZONI / EFE / EPA

Si Biden opta por abandonar la carrera electoral, se anularía el proceso de primarias demócratas que ha llevado al presidente hasta ser el único candidato real a falta de la nominación oficial en la Convención Nacional del Partido Demócrata. Esta opción, apunta Europa Press, abriría un proceso de emergencia en las filas progresistas.

Lo primero sería la convocatoria inmediata del Pleno del Comité Nacional del Partido Demócrata, con cerca de 500 miembros asignados para decidir el proceso de candidaturas exprés. Ante la imposibilida de celebrar unas nuevas primarias nacionales en apenas uno o dos meses, entrarían en juego los llamados 'superdelegados', unos 700 representantes y altos cargos del partido con mayor peso de votación, como recoge Europa Press.

Otro motivo que aleja esta posibilidad, más allá de la negativa expresada por el propio Biden, es que el actual presidente del Comité Nacional, Jaime Harrison, es un convencido defensor del actual presidente. 

¿Se puede quedar solo Biden?

Puede que Biden no se vaya, pero también puede darse el caso de que Biden se quede sin nadie, sin los delegados que ha ido sumando en su arrollador paso por las primarias demócratas. Los casi 4.000 sumados en las diversas contiendas partidistas estado tras estado podrían volverle la cara. 

De ocurrir, entraríamos en un terreno desconocido, ya que este procedimiento está reglado para casos de muerte, dimisión o incapacidad sobrevenida del candidato. 

La incertidumbre es aún mayor que en el escenario anterior. No obstante, de producirse la vía de la 'deserción', se abriría un proceso todavía más caótico, en el que los superdelegados gozarían de más importancia, sobre todo teniendo en cuenta que solo están capacitados para votar si los candidatos sustitutos no consiguen los 3.933 delegados para ganar la nominación en primera votación.

Y si no es Biden, ¿quién?

Las quinielas ya recogen una baraja de nombres, con el déficit de sus bajos índices de popularidad. En ellas aparece, aunque no como opción prioritaria, la que por lógica habría de ser la opción más lógica, la vicepresidenta, Kamala Harris. Pese a su foco mediático, no goza de un perfil que le convierta en favorita a priori en un escenario tan urgente.

Entre los nombres posibles con más fuerza aparece el gobernador de California, Gavin Newsom. Sin embargo, el mandatario estatal negó la posibilidad de dar un paso al frente en la misma noche del debate. "Tiene mi apoyo. Estamos con él", apuntó con gesto serio.

Otros potenciales candidatos demócratas que suenan en las últimas hora son el representante saliente por Nueva York Jamaal Bowman o la gobernadora demócrata por Michigan, Gretchen Whitmer. A gran escala, semidesconocidos para el votante medio estadounidense, que quizás tenga que habituarse a la fuerza a sus nombres y caras. Si es que Joe Biden sigue los pasos de Lyndon B. Johnson en 1968.

Entonces, el también presidente demócrata renunció a presentarse a las elecciones en un contexto crítico, entre los efectos de la Guerra de Vietnam y las revueltas sociales. El abandono de Lyndon Johnson dejó como candidato al que era su vicepresidente Hubert Humphrey, que fue derrotado por el republicano Richard Nixon.

¿Están a tiempo?

La más esperada que nunca Convención Demócrata está programada entre el 19 y el 22 de agosto, una fecha clave por ser días después de que algunos estados del país den por cerrado el plazo de candidaturas a las presidenciales, el 7 de agosto. Un asunto habitualmente tratado por los dos grandes partidos para facilitar el desarrollo de los comicios e impedir que alguno de los dos candidatos se quede sin participar en algún lugar.

El problema, explica Europa Press, reside en que los republicanos van a celebrar su propia convención entre el 15 y el 18 de julio, dentro de los plazos electorales, y ahora mismo los demócratas dudan de su buena voluntad para resolver esta cuestión. Ohio es un ejemplo de lo que podría ocurrir; allí la cámara de representantes estatal, de mayoría republicana, no se ha pronunciado sobre la propuesta de ley para extender la fecha límite de las candidaturas más allá del 7 de agosto.

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Miguel Fernández Molina (Sabiote, Jaén, 1987) es periodista licenciado por la UCM. Trabajó ocho años en el medio digital 'Mundotoro' antes de llegar a 'El HuffPost', donde ejerce de responsable de cierre y escribe sobre deporte, internacional y política, entre otros campos. Puedes contactar con él en miguel.fernandez@huffpost.es