La hora de decidir para Pablo Casado
Todos los ojos están puestos en lo que salga del Comité de Dirección que ha convocado el líder del PP para este lunes.
Después de días de muchísima intensidad, llega la hora de la verdad para Pablo Casado. El presidente del PP tendrá que decidir y ese momento puede ser este lunes a partir de las 11:00 horas, durante el Comité de Dirección que tendrá lugar en la sede nacional del partido en la calle Génova.
El mismo sitio donde este domingo una multitud de enfervorizados simpatizantes de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, han hecho pitar los oídos a la dirección del PP, especialmente a Casado y a su número dos, Teodoro García Egea.
Tras las puertas de Génova 13 Casado tendrá que abordar con los suyos cómo salir de la guerra abierta entre Génova y la dirigente autonómica, en la que se han cruzado mensajes muy duros y acusaciones gravísimas entre ambos bandos, ha dividido aún más un partido que ya andaba tocado en los últimos meses por el ruido de sables interno.
Era un rumor que estalló el miércoles por la noche en una batalla encarnizada nunca vista en el PP, algunos dicen que la peor de su historia, que ha hecho que los barones del partido, encabezados por Alberto Núñez Feijóo, pidan zanjar de raíz esta situación.
Hay dos corrientes para solucionar este asunto: o cesar a García Egea o convocar un congreso extraordinario en el que se dirima el liderazgo del partido, como piden las voces más alineadas con Ayuso, como la de la diputada Cayetana Álvarez de Toledo.
También dejó caer esta posibilidad el propio Feijóo, quien aseguró que no se podía llegar al congreso nacional previsto para junio sin cerrar las heridas abiertas. “Yo espero que no necesitemos llegar a un congreso para solucionar un problema. Porque si no, vamos a un congreso sin solucionar los problemas”, afirmó.
Por eso tantas miradas estarán puestas en lo que decida el núcleo duro de Casado durante la reunión de este lunes y si lo que salga de dicho encuentro servirá para calmar las aguas.
Si finalmente Casado no quisiera convocar un congreso extraordinario, la Junta Directiva Nacional podría forzar esa convocatoria, pero deberá contar con el respaldo de dos tercios de sus miembros.
Este es el máximo órgano entre congresos, se reúne ordinariamente al menos una vez cada cuatro meses, por decisión del presidente, por acuerdo del Comité Ejecutivo Nacional o a solicitud de tres quintos de sus vocales.
Está compuesto por la dirección del partido, barones territoriales y numerosos cargos parlamentarios y provinciales. En total, unas 550 personas entre las que estaría, efectivamente, la propia Isabel Díaz Ayuso como presidenta autonómica que es.
De alcanzarse una mayoría suficiente, la Junta podrá, como muy pronto, convocar el congreso extraordinario para finales de marzo o principios de abril, según marcan los estatutos del partido.
Pero Casado podría tratar de evitar hacer ni una cosa ni la otra. Ni congreso, ni dimisiones. E intentar esperar al mes de junio para enfrentarse a su otrora amiga, ahora rival política.
Hasta entonces, el PP deberá de convivir con la herida generada estos días y quién sabe si protagonizar más momentos de tensión tanto públicos como privados.
Cuatro días de máxima tensión
Todo estalló al desvelarse, por parte de El Mundo y El Confidencial, que el PP había intentado espiar con detectives al entorno de Ayuso para obtener pruebas en contra de la presidenta madrileña. Lo que buscaba este operativo pruebas que demostraran una comisión por parte del hermano de Ayuso, Tomás, merced a un contrato adjudicado por el Gobierno de la Comunidad de Madrid a la empresa de un amigo de la familia.
Dicho contrato se adjudicó para la adquisición de 250.000 mascarillas en abril de 2020. Este material llegó a Madrid, según explicó Ayuso en un comunicado, gracias a la labor de su hermano, que las trajo de China. Un trabajo por el que, según el relato de la presidenta madrileña, Tomás Díaz Ayuso cobró 55.800 euros.
Según la versión de Ayuso, su hermano había emitido otras tres facturas más a esta empresa, que no detalló, así como tampoco explicó la labor por el que la compañía, Priviet Sportive, propiedad de Daniel Alcázar, recibió la adjudicación de 1,5 millones de euros de dinero público de su administración.
La dirección del PP recibió la información de la comisión cobrada por el hermano de Ayuso y quiso investigar lo que había detrás. Según indicó el propio Casado en la Cadena COPE, tuvieron conocimiento que el hermano de la presidenta no había cobrado sólo 55.800 euros, sino 286.000.
En dicha entrevista, el presidente del PP llegó a insinuar que Ayuso pudiera haber cometido “tráfico de influencias” y que su hermano pudiera haber utilizado un testaferro, aunque negó estar acusando a nadie.
Todo esto estaba sobre la mesa este viernes por la tarde, cuando Casado se vio con Ayuso en su despacho de la calle Génova. En dicho encuentro, según la versión del Gobierno madrileño, Casado habría pedido a la dirigente autonómica que dijera en público que su partido nunca quiso espiarla a cambio de cerrar el expediente que se le había abierto tras sus durísimas acusaciones a la dirección nacional.
Las explicaciones aportadas por Ayuso, tanto en persona como en el comunicado, convencieron al presidente del PP, que decidió, en apenas horas, cerrar el expediente abierto a la presidenta madrileña.
Sin embargo, esto no ha evitado que miles de simpatizantes del PP se hayan echado a la calle en los últimos días en apoyo de Ayuso, ni que el partido siga dividido entre quienes apoyan a la dirigente autonómica y quienes cierran filas con Casado.
Al presidente del PP le toca decidir antes de que los demás decidan por él.