Con Franco esto sí pasaba: deconstrucción de la fascinación que sienten los jóvenes por la dictadura
En las redes sociales proliferan contenidos que banalizan y blanquean el régimen franquista. "Si esa juventud supiera quién fue Franco, se les congelaría la sonrisa", aseguran dos autores que rompen con los mitos de la etapa más negra de España.
Los jóvenes españoles son más de derechas que nunca. Esta conclusión se desprende de los diferentes estudios y estados de opinión que se publican casi semanalmente en nuestro país. El más importante de ellos, el CIS, señala que el 5% de los jóvenes de entre 18 y 24 años se posiciona lo más a la derecha posible en una escala del uno al diez. Y en recientes encuestas como la de El País, el segmento con más voto para Vox (un 25%) corresponde al de la misma franja de edad.
Y no es casualidad. En estos últimos años, sobre todo gracias a las redes sociales, se ha iniciado un pretendido blanqueamiento de la figura del dictador. A través de cuentas en TikTok o Instagram se difunde una imagen divertida y cercana de Franco, muy alejada de la realidad, con la que se pretende banalizar o incluso enterrar su legado de terror. Cantar el Cara al sol ha pasado de ser una vergüenza a un divertido meme para los followers.
De ahí que los mensajes extremistas campen a sus anchas y sin control en estas plataformas, provocando un efecto propagador que comienza a ser mainstream. Los jóvenes se contagian de soflamas racistas, misóginas y homófobas, y no parece haber filtro o escudo de protección ante la difusión de bulos. Por ello, muchos han idealizado la dictadura y asumen los falsos mantras que durante décadas los grupos fascistas han intentado mantener vivos en nuestra sociedad. Ya se sabe: con Franco se vivía mejor o la dictadura salvó a España del comunismo.
"Los jóvenes no tienen información veraz sobre Franco y la dictadura. Y el que no conoce la historia corre el riesgo de repetirla", advierte el periodista José Antonio Martínez Soler ante esta distorsión de la historia. Por este motivo, Soler ha decidido publicar junto a su hijo Erik un libro titulado Franco para jóvenes, que tiene como propósito explicar de una manera amena y clara a las nuevas generaciones quién fue realmente el general y qué supusieron para España cuarenta años de dictadura. Su éxito ha sido tal que ya van por la quinta edición en apenas un par de meses.
"Estos jóvenes son así por ignorancia. Si supieran quién fue Franco y lo que significó, se les congelaría la sonrisa", asegura Soler en conversación telefónica con El HuffPost. Según su diagnóstico, el miedo heredado y los tabúes sobre aquella época han hecho que el conocimiento sobre aquel pasaje de la historia de España haya quedado desdibujado y apenas sea materia de estudio en escuelas e institutos.
"El miedo que Franco imprimió en la sociedad española todavía perdura a día de hoy. No somos capaces de hablar como si fuéramos libres y significarnos. Pero han pasado cincuenta años desde la muerte del tirano y hay que hablar alto y claro", señala.
En su opinión, los políticos tienen razón a la hora de decir que hay que pasar página, "pero sólo cuando se ha leído la página". "Debemos conocer lo que pasó para que no se repita. Probablemente haya gente que tenga vergüenza ante el temor a descubrir que, tal vez, sus abuelos han podido ser genocidas o que han asaltado casas y robado viñas. Pero es momento de que las nuevas generaciones lean la página antes de pasarla y se abracen", sostiene.
En su libro, Soler es muy claro a la hora de derribar algunos de los falsos mitos que encumbran el franquismo. Por ejemplo, la convicción de que había más seguridad en las calles. "Nadie podía contar lo que ocurría entonces en España por la censura. Las mujeres estaban desprotegidas ante las agresiones de sus parejas o de hombres desconocidos que solían salir impunes. Con la excusa de que 'va provocando' reinaba un ambiente de miedo y terror. Ni podían caminar solas por la noche o ir solas al baño de una cafetería. Iban de dos en dos", comenta.
A cuenta de la libertad de las mujeres, el periodista también recuerda que se les prohibía tener una cuenta corriente en un banco, viajar o a administrar sus bienes sin permiso del marido o del padre. E igualmente, también es falso que Franco instaurara la edad obligatoria de jubilación, las pensiones, la jornada de trabajo, el salario mínimo o las vacaciones remuneradas. "No son creaciones de Franco, como dicen sus propagandistas, sino de la República, e incluso muy anteriores", añade.
Carlos Barciela, catedrático de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad de Alicante, publicó el año pasado su libro Con Franco vivíamos mejor para aportar su granito de arena a esa desmitificación del franquismo. "Este país no ha sido capaz de explicar a las nuevas generaciones lo que fue el régimen franquista. Estaría bien que supieran que al cumplir 18 tenían que ir a hacer la mili. O que serían amonestados por manifestar en público sentimientos o opiniones. Iban a cambiar de opinión pronto", cuenta. Para él, la idealización del franquismo "es una enorme banalidad" y responde a pura y simple "ignorancia" de este capítulo de la historia. "No sé cuántas chicas estarían dispuestas a no estudiar, a convertirse en amas de casa, a servir al marido o a no tener derecho a abrir una cuenta corriente", añade.
Barciela advierte, no obstante, que esta apología del franquismo no es exclusiva de las redes sociales. También se da en espacios tan importantes como el Congreso de los Diputados. "El franquismo fue una etapa de reconstrucción, de progreso y de reconciliación”, dijo hace unos días el diputado de Vox, Manuel Mariscal, desde su escaño. Barciela le rebate: "Este servidor público puede decir esas barbaridades en el Congreso gracias a la libertad que le otorga un sistema democrático. En el franquismo nunca habría ocurrido algo así", cuenta.
Y es que ni Franco ni su legado son motivo de elogio o admiración. Según la conclusión de multitud de historiadores, era una persona poco trabajadora, más bien dada al ocio y a la cacería, y escasísimamente dedicado a la lectura. "No he leído ni escuchado nunca una cita de Franco hablando de un autor, de un filósofo, de un gran político o de un economista. Esto demuestra que el bagaje intelectual de franco era pobrísimo", resume Barciela. "Era un hombre muy acomplejado, lleno de miedos. Eso influyó claramente en su personalidad. Y era cruel, insensible al dolor ajeno. Nunca mostró piedad", añade Soler.
Para recordar lo que fue realmente la Guerra Civil y la dictadura, el Gobierno ha anunciado esta semana una campaña de conmemoración de los 50 años de la muerte del dictador que extenderá a lo largo de 2025 y que se concretará en “más de un centenar de actos”. Una iniciativa que a Feijóo le da "pereza" y que Ayuso enmarca dentro de la "francosfera". "Sin Franco, Sánchez no es nada ni nadie", dijo la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Soler y Barciela, sin embargo, lo ven como una oportunidad para que los jóvenes conozcan la realidad de franquismo. "Me parece bien que se hable del dolor, el sufrimiento y el atraso que supuso para España. Y que la gente joven entienda que poca gloria hubo en aquellos años excepto para los que disfrutaron de las ventajas del régimen", concluyen.