Esto es lo que dice la ley sobre vivir en una casa prefabricada: así puedes evitar tirar dinero

Lo que parecía una moda creciente y acabó causando auténtico furor durante la pandemia del coronavirus ya se ha convertido en una dinámica cada vez más al alza en nuestro países en materia de vivienda. La apuesta por las casas modulares o casas prefabricadas se ha configurado como una gran alternativa a la construcción tradicional.

Este tipo de casas ofrecen una serie de ventajas entre las que destacan el reducido tiempo para levantarlas -en este caso, más bien 'plantarlas' o instalarse-, sobre todo en un escenario en el que se nota la escasez de trabajadores del sector y los plazos para la adquisición de materiales son más largos que en el pasado, tras los vaivenes en el mercado internacional.

Sin embargo, si estás pensando en adquirir una de estas casas prefabricadas para ponerla en algún terreno, antes deberías tener muy en cuenta lo que dice la ley sobre este tipo de viviendas. Porque un error en este ámbito puede salir muy caro y generar desgracias complicadas de revertir. 

¿Qué es lo que dice la normativa sobre las casas prefabricadas y qué pasos debería tomar si quiero una?

En este sentido, lo principal que hay que saber es lo mismo que si fueses a construir una vivienda tradicional. Lo primero es el terreno y conocer qué tipo de calificación tiene. Es decir, si es urbano y urbanizable o si tiene catalogación que impide la construcción como, por ejemplo, el agrícola. 

Si el terreno cuenta con la consideración de rústico, habrá que comprobar en el catastro y registro municipal si está definidos como suelos urbanizables en los Planes Generales de Ordenación Urbana. Si no lo está, no se podrá instalar la casa prefabricada. Por este motivo, es primordial realizar estas gestiones antes de comprar el terreno, si se adquiere a un tercero.

Después hay otra gran clave que no depende del terreno y sí del modelo de casa prefabricada. En los últimos años están pisando fuerte las casas modulares que se fabrican en distintas partes y después se instalan conectándolas con los servicios básicos -electricidad, agua, saneamiento, etc...-, pero estas difieren de las conocidas como viviendas móviles. La diferencia entre ambas es que la normativa suele ser más flexible con estas últimas -son muy comunes en países como EEUU o Canadá, los conocidos como parques de tráileres o caravanas-.