La actividad tiene lugar tres días después de la toma de posesión del nuevo presidente de Taiwán, Willian Lai, tildado por Pekín de “secesionista” y “alborotador”.
Cientos de hogares siguen con problemas en el suministro eléctrico, mientras que el transporte comienza a recuperar poco a poco parte de la normalidad perdida.
La pelea China- EEUU por la región hace de los comicios en la isla algo mucho más grande que un duelo doméstico. Pekín lo ve como una disyuntiva entre la guerra y la paz. El favorito defiende la soberanía de facto y una identidad separada de China.
Los analistas del CIDOB destacan los diez grandes temas que pueden marcar el nuevo año y que irremediablemente dependen de las más de 70 citas con las urnas del nuevo año. De lo que elijan los ciudadanos dependen las trincheras y las paces.
Que se vean los líderes de las dos principales economías del mundo, enfrentadas a cara de perro, es una buena noticia. Pero tampoco lancemos las campanas al vuelo: de San Francisco no saldrán soluciones definitivas, pero quizá sí un par de acuerdos.
El pacto entre Washington y la isla facilitará la administración aduanera y el comercio, lo que los chinos ven como un abuso, dado que entienden que hablamos de un territorio propio, no independiente.
Las visitas de representantes estadounidenses a Taiwán han sido constantes en los últimos dos años, pese a la polémica por el despliegue de Nancy Pelosi.
Tras anular la visita por los globos espía, el secretario de Estado ha ido a Pekín, se ha visto con Xi y vuelve hablando de respeto mutuo, sinceridad y esperanza. Claro, inestabilidad sigue habiendo, pero también consenso en que hay que "estabilizarla".
El jefe de la Comisión de Asuntos Exteriores del Partido Comunista de China, Wang Yi, se entrevista con el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, en una visita que destensa las relaciones pero en la que las posturas de siempre no se alteran.