El aumento del tráfico marítimo en el Cabo de Buena Esperanza por el peligro que implica cruzar el Canal de Suez, dispara la demanda de servicios portuarios.
Este incidente es el primero con víctimas mortales desde que la insurgencia iniciara ataques en la región contra los barcos que atraviesan el paso marítimo.
No participará en acciones contra los hutíes, como los bombardeos que llevan a cabo desde hace semanas EEUU y Reino Unido, pero sí "bloqueará" los ataques contra navíos. España ha dicho por ahora que no se va a sumar.
Las consecuencias de la tensión en el mar Rojo, con ataques cruzados entre hutíes y Estados Unidos, se notan ya en el movimiento de mercancías de puertos españoles.
Washington trata de frenar los ataques del grupo rebelde contra embarcaciones en el mar Rojo, en respuesta a la operación militar de Israel en Gaza, protagonizando una segunda ofensiva en la madrugada de este sábado.
Mientras, la comunidad internacional se divide: férrea defensa de los ataques de EEUU y Reino Unido por parte de sus aliados y críticas de Irán, Rusia y China.
Responden así a los ataques de la milicia rebelde a los buques que atraviesan un paso fundamental para el comercio mundial con, supuestamente, el apoyo de Irán.
El ataque, repelido también por Reino Unido, es el 26º de los rebeldes contra rutas marítimas comerciales por donde pasa alrededor del 15 % del comercio mundial desde el 19 de noviembre. No ha causado ni heridos ni daños en los barcos.
Washington había anunciado su entrada, pero Moncloa matizó que sólo lo haría con el abrigo comunitario o de la OTAN. Lo que no está claro es si Defensa va a movilizar o no buques en la zona, avanza la Cadena SER.