La reacción del perdedor será fundamental para la democracia después del resultado electoral más ajustado en el gigante sudamericano tras el fin de la dictadura.
Lula ha ganado, y con él ha ganado la esperanza de muchas personas de aquel y de este lado del Atlántico. La esperanza de que la democracia no solo sobreviva en Brasil, sino que salga fortalecida.
Los partidarios del Partido de los Trabajadores han festejado el que será el tercer mandato de Da Silva en la calle, en una jornada marcada por el silencio de Bolsonaro y la decepción entre sus simpatizantes.
Según ha confirmado 'El País', el actual presidente pasa la mañana en la residencia de los presidentes en Brasilia sin salir a reconocer los resultados de las elecciones mientras se suceden las felicitaciones internacionales y las llamadas a la paz y a la democracia.
El candidato que apoya el Premio Nobel de Literatura pierde los comicios presidenciales ante un Lula da Silva que vuelve por tercera vez a gobernar el país.
El ganador de las elecciones en Brasil asegura que “es la hora de reunir las familias y rehacer los lazos de amistad rotos por la propagación criminal del odio”.
El presidente del Gobierno, Yolanda Díaz, Joe Biden y los líderes de América del Sur, los primeros en felicitar a Lula da Silva por su victoria en Brasil.
El presidente del Tribunal Superior Electoral ha afirmado que los retenes no han impedido que los electores voten y ha garantizado que han sido suspendidos.
Es a cara o cruz, no hay más. Chocan dos modelos de país, que tienen profundamente dividida a la calle, y por eso son los comicios más complicados de la historia del país.
El voto separó al país en mitades, entre los habitantes del industrializado sur del país y los del empobrecido noreste, entre evangélicos y católicos y hasta entre ricos y pobres.