El primer día de clase del segundo curso hice algo que nunca había hecho antes: me derrumbé ante mis compañeros llorando histéricamente. No fue porque tuviera miedo a la escuela -la verdad es que estaba emocionada por estar estudiando en los Estados Unidos-, sino porque no sabía el idioma.
Esta semana el intenso calor ha venido acompañado de alguna que otra polémica, como la del artículo de Jorge Cremades sobre "Cómo afrontar el primer viaje con tu novia". Las redes ardieron con comentarios y críticas porque consideraban su texto machista y carca, y yo me pregunto por qué no pedimos cuentas a quien es en realidad responsable de tamaño disparate: la revista Cosmopolitan.
Hay un sector de la progresía occidental que se ha convertido en un aliado perfecto del machismo benevolente, considerando a la mujer como un ser prácticamente sacrosanto y virginal, elevando la maternidad hasta cotas tan altas que casi rozan con las de la Iglesia Católica.