Una inmigrante mexicana cuestiona la retórica de Trump con estas fotografías
Sofía Muñoz Boullosa se encontró con la Rosalindo Grocery Store cuando paseaba por las calles del barrio Sunset Park de Brooklyn (Nueva York). Hizo una foto y se dio la vuelta. Pero cuando la mexicana se dispuso a continuar con su paseo, escuchó que un hombre le gritaba.
Ese hombre era Pedro Cruz, el propietario de la tienda, que llevaba un delantal azul y estaba pidiendo a la fotoperiodista de 26 años que le hiciera una foto. Cuando los dos se dieron cuenta de que ambos eran mexicanos, se pusieron a hablar.
“Estuvimos unas dos horas hablando de México, de Puebla, su estado natal, de la comida mexicana, del racismo, la inmigración, Trump, y el verdadero significado de echar de menos México”, cuenta Muñoz a la edición estadounidense de The Huffington Post por correo electrónico. “Cuando volví a casa se me ocurrió una idea: buscar a más ‘Pedros’ para demostrar la variedad, la complejidad y las historias humanas asociadas a la migración”.
Muñoz empezó a buscar en las redes sociales a hombres llamados Pedro que vivieran en Nueva York. Con ese método sólo encontró a dos, así que decidió pasearse por los barrios con mayor población mexicana y preguntar directamente en las tiendas y locales si había por ahí alguien que se llamara Pedro.
La idea sobre una serie fotográfica centrada en los inmigrantes mexicanos venía rondándole la cabeza desde 2015, cuando llegó a Estados Unidos. Justo el año que Donald Trump anunció su candidatura a presidente.
“Cuando llegué a Nueva York, el tema de Trump y la inmigración estaba en todos los medios”, recuerda. “Acababa de expresar su idea de que los mexicanos llevan droga a Estados Unidos y son unos violadores. Desde el primer día que estuve ahí supe que quería trabajar en un proyecto que desafiara estas afirmaciones y estos sentimientos, y así ofrecer una imagen alternativa de los mexicanos que vienen a Estados Unidos en busca de una vida mejor”.
La intención de Muñoz era “defender a los mexicanos en Estados Unidos a los que se estaba tachando de algo que no [son]”, pero sabía que su proyecto debía mantener un enfoque positivo.
“A diferencia de [Trump], quería cuestionar sus declaraciones desde una retórica que no procede del odio, sino del entendimiento”, apunta. “Veo mi proyecto como una posibilidad de cambiar la mentalidad de las personas sobre la inmigración, desde la sensibilidad y la empatía de la condición humana, no desde la agitación política que la rodea”.
Aunque su serie fotográfica documenta las historias de hombres mexicanos llamados Pedro, la fotoperiodista asegura que estas historias podrían pertenecer a “Dimitris, Youssefs, Chengs, Mohameds, Paolos… Podría ser la historia de cualquiera de nosotros”.
Aunque ella misma es inmigrante, Muñoz reconoce que al reunir las historias de “Pedro” se dio cuenta de que emigrar es una parte normal de la experiencia humana.
“Aprendí que la inmigración está hecha de individuos; no es un tema homogéneo”, señala. “Cada persona que ha emigrado tiene una historia diferente, y todo el mundo debería tener derecho a contarla. No debería usarse como un arma política, porque es un derecho humano que nos pertenece a todos. Aprendí que la inmigración es un proceso natural: las mariposas migran y los humanos, también. Las causas son distintas, pero al final encontrar un lugar mejor para vivir es natural”.
Echa un vistazo a los Pedros que conoció Sofía y lo que le contaron sobre México, sobre el hecho de ser inmigrante en Estados Unidos y sobre Donald Trump.
Este artículo fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano