Hace 31 años que el país del sol naciente entró en los acuerdos de la Comisión Ballenera Internacional, un organismo que fue creado para garantizar la preservación de los cetáceos. Japón reclamaba una autorización oficial para poder dar caza a las ballenas. Hasta ahora había suspendido su captura con fines comerciales aunque fueron numerosas las ocasiones en las que continuaron la matanza por "motivos científicos". Ante la negativa de la comisión internacional, Japón confirmó la salida del organismo y retomará la caza.