Venezuela da una lección con el letal caza que cae en manos de Ucrania
Desde el año 2012 sus aviones han derribado o interceptado al menos 300 aparatos civiles de diverso tipo.
Ucrania ya puede presumir de contar con los F-16 con los que pretende hacer frente a las ofensivas rusas desde el aire, otorgados por Países Bajos y Dinamarca. Después de adquirir munición de diferente tipo, tal y como drones, armas largas, tecnología o cohetes, solo faltaban las aeronaves. Se trata de una nueva entrega con la que los pilotos de Volodímir Zelenski intentarán proteger su cielo. Aún así, es poco probable que consigan superar las cifras de éxito al derribar aviones que ostenta el ejército venezolano.
Cabe destacar que los modelos actuales de la aeronave tienen poco que ver con aquellos que iniciaron su vuelo en 1978, ya que cuentan con numerosas modificaciones aplicadas por el ejército estadounidense, como por ejemplo la Block 52, a diferencia de los holandeses que aún continúan en la 20.
Respecto al tiempo que ha tardado el ejército ucraniano en recibir las aeronaves, ha sido algo más de lo esperado debido a la formación de los pilotos, que estaban acostumbrados a material militar de procedencia rusa, tal y como los MIG o los Sukhois. Por otra parte, la conducta y el armamento del aparato, también requirió algo de práctica, ya que sus procedimientos son algo diferentes a los que habitualmente emplean. Otro ejemplo es la tecnología que emplean, mitad istaelí (Elbit) y mitad norteamericana (Collins Aerospace) algo a lo que tampoco estan acostumbrados.
"Es como pasar de un Nokia de los primeros a un iPhone, pero sin todos los saltos intermedios". Así lo definieron los primeros pilotos ucranianos que hicieron los cursos en Estados Unidos, al subirse por primera vez a la aeronave. Aunque esto no solo le ocurrió a los pilotos, si no también a los mecánicos y otros operarios.
El caso de Venezuela
La diferencia se encuentra en que es uno de los ejércitos que más ha empleado en combate estas máquinas, aunque con la particularidad de que no siempre se tratan de aviones de las fuerzas aéreas, sino que a veces son de narcotraficantes.
Cuando presencian algún avión de este tipo, se les avisa por radio y obliga a identificarse para posteriormente aterrizar. En el caso de que no respondan, son derribados, como el bimotor que apareció el pasado domingo 14 de julio que resultó ser un narcoavión. Una de las claves para detectarlos son cuando ocultan sus matrículas, ignoran las indicaciones o apagan su transponder.
Según el Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Bolivariana, desde el año 2012 sus aviones han derribado o interceptado al menos 300 aparatos civiles de diverso tipo.