Se ha detectado en numerosos estudios que un gran porcentaje de esta población no toma los fármacos necesarios para prevenir un segundo evento cardiovascular. No lo hacen por varias razones. Tomar tres o cuatro pastillas todos los días no es plato de gusto para nadie y mucho menos si uno se siente invulnerable, una cualidad que compartimos los seres humanos y que ha hecho mucho daño a nuestra salud cardiovascular.