Curso urgente de política para gente decente
La gente decente, la que no quiere librarse de ser víctima convirtiéndose en verdugo, no sabe qué batalla ha perdido. Ha hecho todo lo que le decía el ejército vencedor. Se ha humillado, traicionado a sí mismo y a los suyos, autoexplotado, para, al final, ser ejecutados.