El aliado de Putin habla sobre las intenciones de Occidente: "Quiere que se destruyan mutuamente"
"Jamás nadie derrotó al Imperio (ruso) y nadie vencerá a Rusia. ¿Acaso la OTAN lo logrará?", amenaza Lukashenko.
Rusia y Bielorrusia han planeado juntas sus tácticas defensivas en la frontera occidental y pueden convertirlas en ofensivas ante las amenazas procedentes de Occidente, según ha alertado el presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, en una entrevista a la televisión pública rusa.
"En la frontera occidental tenemos fortificaciones defensivas, desde Brest y Grodno y más arriba... Prácticamente toda las frontera con Lituania y Polonia está blindada en condiciones favorables para nosotros", comentó.
Lukashenko señaló que planificó junto a su homólogo ruso, Vladímir Putin, la defensa del flanco occidental. "Estos planes existen desde hace varios años. De ser necesario, los convertiremos en ofensivos", aseveró.
"Vemos de dónde puede llegar el ataque más potente contra nuestra unión y nuestra agrupación militar conjunta. No nos relajamos en la zona occidental. Es más, reforzamos nuestro Ejército con el armamento ruso más potente, tanto convencional como nuclear", añadió.
Respecto a la incursión ucraniana en la región rusa de Kursk, señaló que allí "no hubo soldados no profesionales. Fueron escogidos de toda la línea del frente, con experiencia de combate".
Además, denunció la presencia de "mercenarios polacos" en esta operación de Kiev que entra en su décimotercera jornada. Sin embargo, vaticinó que "naturalmente, los militares rusos y Putin (...) arrasarán con los militares ucranianos" en Kursk.
"El peligro radica en que esta escalada por parte de Ucrania es un intento de empujar a Rusia a respuestas asimétricas. Como por ejemplo, el uso de armas nucleares. Sé con seguridad que en Ucrania estarán muy a gusto si Rusia utilizase allí armas nucleares tácticas. Sería la felicidad", aventuró. Pero advirtió que si eso sucede, a Ucrania con toda seguridad "no le quedarían aliados. Ni siquiera países simpatizantes".
Según Lukashenko, sólo "personas de alto rango de origen estadounidense" quieren la continuación de la guerra entre Ucrania y Rusia. Según él, Occidente anima a Kiev a luchar porque quiere que Ucrania y Rusia "se destruyan mutuamente". Lukashenko luego sugirió, sin proporcionar pruebas, que Kiev podría estar planeando atacar también a Bielorrusia, diciendo que Minsk no permitiría que las tropas ucranianas "pisotearan su país".
"No queremos una escalada y no queremos una guerra contra toda la OTAN", dijo. Sin embargo, si Ucrania provoca a Bielorrusia, Lukashenko advirtió que "no tendremos otra opción". Según el líder bielorruso, en este momento es crucial que las partes interesadas se unan y resuelvan el conflicto sin mayor escalada. "Sentémonos a la mesa de negociaciones y pongamos fin a esta pelea. Ni el pueblo ucraniano, ni los rusos, ni los bielorrusos lo necesitan. Ellos (Occidente) lo necesitan”, dijo.
Tras esas sospechas, volvió a usar la dinámica de palo y zanahoria, al defender la necesidad de retomar las negociaciones entre Moscú y Ucrania desde el punto de los acuerdos alcanzados en Estambul en abril del 2022. "Abramos ese cuaderno que rubricaron los negociadores. Putin me lo reenvió enseguida. Sí, la situación en el terreno ha cambiado, pero se puede partir de esto. Comenzar a debatir", anotó Lukashenko.
Por ello insistió en el diálogo, porque "si las cosas se hacen como en Kursk, se tratará de otra escalada que terminará con la aniquilación de Ucrania". "Jamás nadie derrotó al Imperio (ruso) y nadie vencerá a Rusia. ¿Acaso la OTAN lo logrará?", añadió.