Con un plan (económico) bajo el brazo: la política monetaria mundial, en vilo ante el duelo entre Kamala Harris y Trump
El republicano pasó a la acción contra el presidente de la Fed, Jerome Powell, tras acusarle de recortar los tipos para beneficiar a la demócrata. Las diferencias en sus hojas de ruta pueden marcar los próximos cuatro años.
Mientras la economía estadounidense parece recuperarse poco a poco de la política restrictiva de la Reserva Federal (Fed) para hacer frente a la inflación, Estados Unidos tiene en su mano elegir entre dos programas económicos que pueden marcar el devenir de la economía mundial en los próximos años.
El debate entre el candidato republicano, Donald Trump, y la candidata demócrata, Kamala Harris, del pasado 10 de septiembre, sirvió para conocer unas ideas económicas que tienen puntos muy diferentes y que mantiene expectantes a los principales organismos financieros.
Ambos buscarán ocupar la Casa Blanca durante los próximos cuatro años con un plan bajo el brazo. La idea de aplicar "aranceles" de Trump poco tiene que ver con la "economía de las oportunidades" de Harris. Un plan que han destacado decenas de estadounidenses galardonados con el Premio Nobel de Economía en una carta firmada de forma conjunta.
En algo en lo que ambos coinciden es en bajar los impuestos, aunque, a diferencia de Trump, Harris centra las reducciones en la clase baja y media. The Economist tacha como "una utopía" las propuestas de cada candidato. Pero también hay que poner la lupa en el algo más que las iniciativas, en lo que puede pasar en la Reserva Federal en el caso de que haya un ganador u otro.
De nominarle a criticarle
En noviembre de 2017, el candidato republicano nominó a Jerome Powell como presidente de la Fed tras la salida de Janet Yellen. En julio, aseguró que si ganaba los comicios "le dejaría cumplir" con el cargo, pero en los últimos meses ha tenido más de una palabra gruesa contra el líder del organismo financiero.
Durante su primera etapa como presidente de Estados Unidos, Trump tuvo más de una fricción con el washingtoniano, que insistió en varias ocasiones en la independencia de su cargo. Algo que se vio obligado a repetir hace un mes, cuando el candidato republicano le acusó de apoyar a Harris.
La institución financiera norteamericana anunció el pasado 18 de septiembre un agresivo recorte del 0,50% de tipos de interés, el primero en cuatro años. Una decisión con la que se ha dado comienzo a una desescalada del precio del dinero tras la mejora en los datos de inflación. Una política monetaria que no gustó dentro del partido republicano.
El discurso de Trump desde el inicio de la campaña se ha basado en asegurar que la situación económica no va bien en Estados Unidos, pero la bajada de los tipos contrarrestaba con buena parte de su teoría. "Recortarlos tanto (los tipos de interés), suponiendo que no sea porque están haciendo política, implica que la economía va muy mal", aseguró el expresidente norteamericano en su primera reacción.
"Siempre es lo mismo"
Antes de que Trump se pronunciara, Jerome Powell ya había echado tierra de por medio y defendió en su comparecencia que "esta es mi cuarta elección presidencial en la Fed y siempre es lo mismo".
"Vamos a esta reunión en concreto y nos preguntamos qué es lo correcto para la gente a la que servimos. Hacemos eso, tomamos una decisión como grupo y luego la comunicamos. Eso es siempre lo que es, nunca se trata de otra cosa", justificó el presidente del organismo financiero.
Powell recordó que, pese a que el anuncio de los pasos adoptados por la Fed era en septiembre, no afectaría a las condiciones macroeconómicas hasta después de las elecciones, porque siempre van "por lo general, con retraso".
Las explicaciones no fueron suficientes y Trump, en una entrevista concedida a Bloomberg News el pasado 16 de octubre, fue duro con el trabajo de Powell. "Es el mejor trabajo del Gobierno. Te presentas en la oficina una vez al mes y dices: ‘Vamos a lanzar una moneda’. Y todo el mundo habla de ti como si fueras un Dios", criticó.
Algo a lo que contestó la presidenta del BCE, Christine Lagarde. "Debería ir a visitarnos. Tengo miles de personas que trabajan arduamente y puedo asegurarle que trabajan muy duro todos los días, no solo una vez al mes", replicó hace unos días desde Washington.
"La incertidumbre se agudiza aún más"
La incertidumbre en la política monetaria mundial sigue siendo una constante a lo largo de la campaña electoral en Estados Unidos. Las diferencias entre los planes económicos de Trump y Harris hacen aumentar las dudas sobre el plan de acción del futuro inquilino de la Casa Blanca.
Víctor Fermosel, profesor de EAE Business School, cree que si la elegida es la candidata demócrata sería "una política continuista en todos los casos", para "mejorar esa inflación y los tipos de interés para hacerlos asequibles a la realidad económico".
"Trump tiene difícil hacer ciertos cambios. Lo que va a hacer es poner en entredicho a Powell. No creo que llegue a despedirlo porque él fue el que le nombró. Es verdad que ha entendido que el presidente de la Fed no ha sido tan fiel como cree que debería haber sido. Pero si le despide acabarían en los tribunales, algo que a Trump no le interesa", señala.
Víctor Fermosel justifica que la Fed sigue siendo independiente y el candidato republicano sólo podría aplicar los cambios "saltándose la ley". "Aunque tuviera la mayoría de las dos Cámaras no podría hacer mucho. Eso sí, podría tomar decisiones económicas que afectarían a la ciudadanía", expone.
Francisco Cortés García, profesor del Grado en Finanzas y Contabilidad de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), coincide en que los comicios generan "incertidumbre ante un potencial cambio de liderazgo". "Nos enfrentamos a unas elecciones muy igualadas por los dos candidatos, por lo que la incertidumbre se agudiza aún más", añade.
"Todo apunta a que la posición reflacionaria de la eventual política de Trump ralentizaría los recortes de tipos de interés. Podría provocar un incremento de la inflación como consecuencia de una política fiscal más laxa al financiarse un eventual retroceso impositivo con la recaudación arancelaria", apunta.
23 galardonados con el Premio Nobel de Economía, con Harris
En una balanza que está cada vez más ajustada y a pocos días para que los estadounidenses depositen su voto, hay un nuevo frente económico para Donald Trump. 23 economistas que se alzaron con el Premio Nobel firmaron una carta conjunta en la que aseguran que el plan económico de Harris es "muy superior" al del candidato republicano.
En la lista aparecen más de la mitad de los norteamericanos vivos que recibieron el Premio Nobel de Economía, entre ellos, Joseph Stiglitz, profesor de la Universidad de Columbia y ganador del premio en 2001.
"Si bien cada uno de nosotros tiene diferentes puntos de vista sobre los detalles de varias políticas económicas, creemos que, en general, la agenda económica de Harris mejorará la salud, la inversión, la sostenibilidad, la resiliencia, las oportunidades de empleo y la equidad de nuestra nación y será muy superior a la agenda económica contraproducente de Donald Trump", aseguraron.
"Entre los determinantes más importantes del éxito económico están el estado de derecho y la certeza económica y política, y Trump amenaza todos ellos", explicaron, en un escrito firmado por dos de los tres galardonados más recientes, los economistas Simon Johnson y Daron Acemoglu.
Francisco Cortés considera que, "sin duda" el respaldo de estos "prestigiosos economistas" puede suponer "un gran espaldarazo para las políticas públicas que plantea Kamala Harris". "Aunque la información de la que disponen de sus planes es muy superficial, pues hay mucha incertidumbre sobre las medidas de ambos candidatos", detalla.
"Las políticas de Harris parecen mucho más coherentes, ambiciosas y responsables, especialmente reforzando aspectos como la sostenibilidad, la estabilidad, la seguridad jurídica, la certidumbre económica, el sistema de salud, las oportunidades de empleo y la equidad", justifica.
Víctor Fermosel señala otro aspecto, el de que Estados Unidos se juega mucho más que la economía, "un modelo de visión a futuro". "No se mira siempre la clave económica. El estadounidense no es de mucha lectura en este aspecto. Si la economía no va tan mal, te puedes preocupar de otros aspectos como el ideológico", apunta.
Ambos expertos coinciden en que los resultados electorales tendrán su eco en Europa y en el BCE. Consideran que el organismo financiero europeo debe ir "a la par" que la Fed, pero si se promueve una política pro-arancelaria, la UE jugaría "un importante papel en la reducción del déficit comercial". "Los tipos de interés más elevados en la Fed condicionarían la política monetaria de la UE. El dólar, como contrapartida, incrementaría su fortaleza, mejorando la posición competitiva de los productos europeos", prevé Francisco Cortés.