"Hemos matado a los cristianos": confirmado el origen yihadista del ataque a Beriain y Fraile
Burkina Faso envía un informe a la Audiencia Nacional con mensajes de los terroristas vanagloriándose del crimen de los dos periodistas españoles y un ecologista irlandés.
Fue un ataque yihadista. Las informaciones enviadas por las autoridades de Burkina Faso a la Audiencia Nacional respecto al asesinato de los periodistas españoles David Beriain y Roberto Fraile, más el ecologista irlandés Rory Young, el pasado abril, confirman que la encerrona en la que perdieron la vida fue obra de un grupo islamista, desplegado en la zona fronteriza con Níger y Benín.
Según ha avanzado la Cadena SER, el informe que afirma que se trató de un asesinato terrorista de perfil yihadista se basa en parte en las comunicaciones intervenidas en varios canales de la red social Telegram que habían usado estos milicianos. En ellos, se vanagloriaban de haber “matado a los cristianos”. Un dato ya apuntado inicialmente por las autoridades locales y por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) español. Sin embargo, en la documentación no se incluyen, dice la SER, nombres de posibles sospechosos del asesinato ni se reconoce grupo alguno que lo reivindique.
La Fiscalía de la Audiencia Nacional investiga la causa en forma de diligencias informativas, añade la exclusiva, y próximamente, cuando concluya algunas pesquisas en curso que permanecen bajo secreto, judicializará el caso en este órgano jurisdiccional.
Será complicado que quienes mataron a los informadores y al ambientalista, cuando iban a rodar un documental sobre la caza ilegal de animales en un entorno natural protegido, paguen por lo que hicieron. El Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM), una federación yihadista vinculada a Al Qaeda, asumió inicialmente el crimen, pero no es extraño que un grupo reivindique una acción sin ser su ejecutor, por adueñarse del mérito.
Los hechos
A primera hora de la mañana del pasado 26 de abril, las tres víctimas mortales salieron con un convoy militar de 38 soldados, repartidos en dos camionetas,- desde su base en en Natiaboni, una localidad de 15.000 habitantes cerca de la frontera con Benin y Togo.
Sobre las 09:00 horas (dos horas más en la España peninsular), los europeos bajaron escoltados de los vehículos para grabar con un dron a unos 15 kilómetros al sur de Natiaboni. En ese momento se produjo la tragedia. Según relata la agencia AP, apareció un grupo con dos vehículos y una decena de motos para cortar el paso al convoy y abrió fuego.
Los soldados trataron de formar un escudo protector alrededor de los extranjeros, pero los yihadistas les superaban en número y acabaron rompiendo la línea defensiva, contaron dos solados heridos a la citada agencia norteamericana. Uno de ellos recibió un disparo en la pierna y el otro en el brazo, que le tuvo que ser amputado.
Cuando acabó el tiroteo, los escoltas se dieron cuenta de que los tres extranjeros habían desaparecido, junto al dron y varios vehículos. “Estábamos desanimados. Es como salir de tu casa con 10 personas, ir a trabajar y volver con ocho. ¿Qué le dices a las familias de esas personas?”, lamentó uno de los uniformados.
A las 15:30 horas, como dijo el Ministerio español de Exteriores, se le perdió el contacto con Beriain, Fraile y Young, cuando se encontraban en un parque natural situado en la frontera entre Burkina Faso y Benín, una “zona peligrosa por ser campo de operaciones de terroristas, cazadores furtivos y bandidos”, según subrayó la ministra Arancha González Laya.
Pasado un mes del asesinato, se supo que el redactor, David Beriain, pudo salvarse del ataque, pero no lo hizo. Su compañero, el camarógrafo Roberto Fraile, estaba herido y él se negó a abandonarlo. Lo mismo hizo el ambientalista Rory Young. Ambos decidieron quedarse. Y así, los tres fueron finalmente ejecutados, según desveló el diario El País.