Paro, PIB, fijos discontinuos...: cómo están las autonomías que serán decisivas el 28M
Aragón, la Comunidad Valenciana y Baleares son los tres territorios donde los principales partidos concentran sus esfuerzos. Todo apunta a que el que gane lo hará por la mínima.
El final de la Semana Santa ha sido el pistoletazo de salida hacia las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo. Este lunes de Pascua la actualidad se inundó de encuestas electorales que han disparado los nervios en los cuarteles generales de los partidos políticos.
Algunos sondeos muestran que los partidos del Gobierno de coalición ganan enteros, y después de meses avanzando posiciones, en el Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo ya advierten abiertamente que quizás se está "vendiendo la piel del oso antes de cazarlo".
Quedan poco más de 40 días para el primer lance. El PP, que llegó a pensar que podría recuperar territorios tan simbólicos para el socialismo como Castilla-La Mancha o Extremadura, ha rebajado esas expectativas, y ahora se centra en otras plazas fuertes donde el PSOE y sus socios mantienen el poder y donde ellos podrían sumar con Vox: Aragón, la Comunidad Valenciana y Baleares.
Más allá de la cita con las urnas, la economía ha jugado un papel fundamental en los ataques de la oposición contra el Gobierno, que de a ratos anunciaban poco menos que el apocalipsis. El Ejecutivo, por su parte, ha usado también los datos de empleo y crecimiento para responder a las críticas, tildando de "agoreros" a los populares ante una ruina que, todo sea dicho, por el momento no se ha producido. Es muy probable que sigan volando los trastos a lo largo de una campaña electoral que comenzará oficialmente en unos días, pero que parece llevar activa ya meses.
Pero más allá del ruido, las acusaciones y los dardos: ¿Cómo ha ido la economía en las comunidades autónomas que marcarán el resultado de las elecciones de mayo? ¿Cuántos fijos discontinuos tienen? ¿Cómo han evolucionado sus cifras de empleo? Responden los datos.
Aragón: tibia recuperación del PIB
El Gobierno de la comunidad autónoma de Aragón está compuesto desde 2019 por cuatro partidos: PSOE, Partido Aragonés (PAR), Chunta Aragonesista (CHA) y Podemos. Entre todos sumaron 35 diputados autonómicos, justo uno más de la cifra que marca la mayoría absoluta en las Cortes de Aragón.
El presidente es el socialista Javier Lambán, y lleva en ese cargo desde 2015, cuando consiguió desbancar a Luisa Fernanda Rudi, la única candidata del Partido Popular que ocupó el cargo en la década pasada gracias a un pacto con el PAR.
En materia económica, la comunidad no fue de las que más sufrió el golpe de la pandemia si se compara con el de otros territorios. Su Producto Interior Bruto se contrajo un 8,7%, una cifra baja si se compara con la que tuvieron que encajar autonomías como la andaluza, que se dejó un 10,8%, o Canarias, que vio como se desplomaba por encima del 23%.
EN 2021 rebotó y la comunidad volvió a crecer en un 4,4%, una cifra inferior al 5,5% del conjunto de la economía española. Por contra, el Instituto Nacional de Estadística (INE) advierte en su nota de prensa referente a estos datos que la profundidad del golpe inicial es el que marca el ritmo de crecimiento posterior. Es decir que Aragón, al haber sufrido un golpe menor, también registró una recuperación menos vigorosa en términos porcentuales.
Pero si algo ha traído de cabeza a la actualidad política y económica en España en los últimos años ha sido el empleo y los efectos de la reforma laboral. Esta última ha disparado hasta niveles históricos la contratación indefinida.
Por su parte, la marcha general positiva de la economía, a pesar de la alta inflación provocada por la guerra de Ucrania y la crisis en la cadena de suministros tras la reactivación económica pospandémica, también se ha notado en el empleo. Y Aragón no ha sido ajena a estas circunstancias.
Mientras que en diciembre de 2021 se firmaron en la comunidad 4.583 contratos indefinidos, en el mismo mes de 2022 fueron 11.174, alrededor del triple. Por su parte, la tasa de paro que arroja la Encuesta de Población Activa (EPA) del INE, muestra que en diciembre del año pasado había en el territorio en cuestión alrededor de 7.100 parados menos que en el mismo trimestre de 2019, mientras que la ocupación reflejaría un aumento en torno a esa misma cifra.
Pero los datos de empleo no han estado exentos de controversia. El Partido Popular ha denunciado en más de una ocasión que la contratación indefinida se encuentra poco menos que dopada, ya que muchos de los nuevos contratos son fijos discontinuos. La derecha ha llegado a enarbolar argumentos directamente falsos para atacar al Gobierno con esta cuestión.
Más allá de las medias verdades, los desencuentros tienen su raíz en las características de esa modalidad de contratación indefinida. Afecta a aquellos trabajadores que, sin dejar de tener relación laboral con una empresa, no trabajan durante todos los meses del año.
La discordia llega en el punto de cómo se contabilizan. Los fijos discontinuos, cuando no están activos, no engrosan las listas del paro. Este ha suscitado muchas críticas por parte de la derecha, aunque una de las comunidades que gobiernan, Andalucía, es la que más fijos discontinuos cuenta. Algunos economistas llegaron a definir esta polémica como "absurda" cuando fueron consultados por El HuffPost.
Y es que, aunque los fijos discontinuos no cuenten como parados cuando no están en periodo de llamamiento, sí causan baja en las cifras de afiliados a la Seguridad Social, que es la que define a los ocupados. Si se miran los datos con lupa, se puede concluir que, en el caso de Aragón, aunque el número de fijos discontinuos ha crecido desde la reforma laboral, estos no representa ni el 8% de los afiliados con contrato indefinido.
Comunidad Valenciana: la temporalidad se hunde
El levante español también está llamado a las urnas, y la pelea electoral está muy reñida. Los sondeos vuelven a dar al PP el título de fuerza más votada, pero según el sondeo, la suma de sus resultados y los de Vox (única opción posible para alcanzar la presidencia autonómica) se queda a las puertas de alcanzar el poder. Por contra, en el campo de la izquierda todo dependerá del desempeño de Unidas Podemos, que dependiendo de sus resultados hará posible la reedición del Gobierno de izquierdas.
Desde 2015 ostenta el Gobierno un tripartido formado por el PSOE, Compromís y Podemos (coaligado con Esquerda Unida desde 2019). Aquel año las fuerzas progresistas ganaron a los conservadores en este territorio, que gobernaban desde 1995. El pacto de coalición se conoció entonces como el Acuerdo del Botánico, que se renovó en 2019. Este año, por el momento, todo apunta a que su reedición pende de apenas un puñado de votos.
En el plano económico, y más concretamente empezando por la pandemia, la Comunidad Valenciana sofrió un golpe mayor que Aragón y superior a la media nacional. Los valencianos vieron cómo su PIB se desmoronaba en 2020 un 10,9%. El rebote, en cambio, también dejó huella en 2021, cuando subió de golpe un 5,6%.
En paralelo, la historia del empleo en la autonomía ha sido como una montaña rusa. De entrada, cabe señalar que suele presentar subidas y bajadas recurrentes del número de ocupados y parados, ya que su economía está muy ligada a la estacionalidad del turismo. Sin embargo, el coronavirus arrasó.
Durante 2020 la ocupación llegó a bajar hasta los 1,9 millones de personas, mientras que los parados subieron hasta los 422.000. La situación se mantuvo en una tónica similar durante todo ese año, pero a partir de 2021 la cosa cambió. El empleo inició un ascenso que en la actualidad no se ha detenido, y cerró 2022 en 2,2 millones de personas trabajando, unas cifras superiores a la situación prepandémica. Los parados, por su parte, han experimentado una reducción progresiva desde la pandemia, aunque se mantiene en niveles similares a 2019.
En cuanto a la calidad del empleo, la Comunidad Valenciana vive una auténtica revolución. La temporalidad, que antes de la reforma laboral era la modalidad de contratación más extendida con diferencia, se ha desplomado estrepitosamente. De hecho, las altas en la Seguridad Social con contratos indefinidos han llegado a superar en varios meses a los temporales.
Los vaivenes y aumentos en la afiliación indefinida a la Seguridad Social por encima de los temporales podría estar influida por la actividad o inactividad de los fijos discontinuos según la época del año. Los datos muestran que estos han crecido en casi 50.000 con respecto a antes de la reforma laboral, pero limitar el análisis hasta ese punto sería truncar el paisaje.
Y es que el grueso del aumento de la afiliación ha corrido a cargo del resto de afiliados indefinidos, que han pasado de ser 894.232 en el último trimestre de 2021 a 1.136.818 en el mismo periodo temporal de 2022.
Baleares: la estacionalidad mejora
Son cinco islas: Mallorca, Menorca, Ibiza, Formentera y Cabrera. Y la palestra electoral está completamente desatada en todas ellas. De hecho, algunos sondeos apuntan a que el signo político del nuevo gobierno balear se decidirá en una de las más pequeñas, Formentera. Todo podría depender de si la candidatura de Gent per Formentera logra mantener su representación.
Tras perder en 2015 la mayoría absoluta que obtuvo en 2011, y de no conseguir ocupar el poder ni en 2015 ni en 2019, el Partido Popular acude a la cita con la previsión de ser la fuerza más votada, aunque no se librará de tener que pactar con la ultraderecha para poder acceder a la gobernanza del archipiélago. La alta fragmentación de la composición de la asamblea balear anticipa un recuento de infarto.
Si cuando se habla del PIB de la Comunidad Valenciana se utilizan términos como "desmoronamiento", en el caso de las Islas Baleares, cuya economía depende en gran medida del turismo, es lícito hablar directamente de colapso. El Producto Interior Bruto de las islas se desintegró en 2020 un 23,2%. No es de extrañar, por tanto, que ante tamaña caída, el rebote en 2021 superara el 10%.
La estacionalidad que ha regido el mercado de trabajo en Baleares no ha desaparecido. Siguen existiendo picos de ocupación y repuntes en el número de parados según los trimestres. Sin embargo, las cifras de ocupación, que sufrieron mucho la pandemia, en 2021 y 2022 también han experimentado una recuperación constante.
Las temporadas altas de 2021 y 2022 (El segundo trimestre y especialmente el tercero) alcanzaron unas cifras de ocupación y paro positivas en comparación con 2019, antes de la irrupción de la covid. El mejor de todos, mirando los datos, fue el tercero de 2022, cuando la cifra de ocupados alcanzó su máximo de 654.100 personas, mientras que el número de parados cayó hasta los 40.300, llevando los índices de análisis a marcas bastante mejores que en 2019, cuando los ocupados fueron 619.700 y los parados 55.200.
Si antes de la reforma laboral la temporalidad era la modalidad de contratación más habitual en España, en Baleares podría decirse que era prácticamente la norma. La indefinición, marginal. Los datos dibujan una gráfica que es prácticamente un espejo entre 2021 y 2022.
La imposibilidad de realizar contratos temporales a diestro y siniestro tras la reforma laboral ha hecho que los indefinidos se dispararen en los meses de verano, cuando las islas llegan a unos niveles de actividad frenéticos con la activación del turismo. La tendencia está consolidada, desde abril de 2022 los contratos indefinidos han superado con diferencia a los temporales.
La naturaleza altamente estacional de la economía de estas islas se ve reflejada también en la contratación indefinida de fijos discontinuos, que presenta unos porcentajes mayores que en Aragón o en la Comunidad Valenciana. Pero, otra vez, tampoco son la clave de la cuadratura del círculo.
Los afiliados fijos discontinuos en baleares han subido, sí, pero el resto de indefinidos también, y en mayor medida que los primeros. En enero de 2022 había en las islas 72.206 fijos discontinuos afiliados a la Seguridad Social, mientras que el resto de indefinidos eran 899.316. En el mismo mes de 2023, los fijos discontinuos fueron 132.888, 51.682 más, mientras que el resto de indefinidos eran 1.113.818, 214.502 más.