¿Otra foto de Colón?
Ayuso se suma a una protesta en Barcelona mientras Génova pide tiempo para decidir si debe convocar a las calles. Aznar y Aguirre piden manifestarse contra la amnistía.
Alberto Núñez Feijóo ya ha pasado de pantalla. Formalmente, el PP ha dejado de sugerir la posibilidad de superar la investidura que dará inicio el 26 de septiembre. Pasan los días y los apoyos para el líder gallego siguen sin variar. Le faltan cuatro escaños para alcanzar la mayoría absoluta. Este jueves, habrá reunión formal con el PNV, pero su negativa está garantizada. Con Junts ni tan siquiera habrá un encuentro propiamente dicho, aunque el líder gallego ha reconocido contactos informales.
Esta liturgia parlamentaria previa a la investidura no significa que Génova albergue esperanzas en un giro inesperado de los acontecimientos. Feijóo no terminará el mes siendo presidente del Gobierno, según el diagnóstico de todo el partido. Lo que se decía en privado desde la misma noche electoral ahora se reconoce públicamente. Y quienes han despachado con él en los últimos días creen que ya está en “modo oposición”, preparado por si hubiera repetición electoral. “Lo que sería nuestro mejor escenario”, en palabras de un barón territorial.
“No podíamos seguir alimentando posibles carambolas parlamentarias como un posible cambio de opinión del PNV, que desde el principio nos ha dicho que no. Nuestra gente, nuestros votantes, lo que nos está pidiendo es firmeza con lo de la amnistía y que estemos preparados por si acaso todo salta por los aires”, según la reflexión de un alto cargo del PP madrileño.
Y en esa fase está la dirección nacional, en responder con contundencia a la posible ley de amnistía. Una estrategia que en Génova vinculan al portazo dado a Junts de hace unos días, a pesar de que Feijóo se ha visto en la obligación de admitir que sí ha habido una comunicación. “De haberles vetado preventivamente, habríamos perdido la fuerza de rechazarles tras pedir lo imposible. Ahora, estrechamos más la soga a Sánchez en términos políticos”, según las fuentes consultadas. Esto es, se eleva la presión ante el más que previsible acuerdo del PSOE con Puigdemont.
Por ahora, el PP quiere poner en aprietos a los socialistas en todas las instituciones. La fórmula ya la utilizó Pablo Casado con los indultos. Los populares presentarán mociones en todos los ayuntamientos y comunidades para que el PSOE “se retrate”. “Votarán alineados con Ferraz pero no pasarán un buen trago”, según el PP de Castilla-La Mancha. Precisamente, Emiliano García-Page es el único barón en activo que ha criticado los planes de Sánchez, en línea con Felipe González o Alfonso Guerra.
La cúpula nacional también sopesa la vía judicial e incluso no descarta salir a las calles. Si bien, sobre este último escenario se es muy cauto en Génova por los riesgos que conlleva. Para empezar, porque de facto sería reeditar otra foto de Colón, toda vez Vox podría adherirse. “Vamos a ver que texto (de ley de amnistía) presentan. No descartamos nada”, afirman fuentes oficiales. Esperanza Aguirre y José María Aznar ya han animado a la movilización civil. “Hay que decir de nuevo ¡basta ya!”, en palabras del ex presidente. Para el Gobierno, que haya llamado a una “rebelión nacional” le acerca al golpismo.
Una línea compartida por Isabel Díaz Ayuso, que en plena discusión por las palabras de Aznar se apresuró a adherirse, antes incluso antes de que Génova se pronunciara, a una protesta convocada por Sociedad Civil Catalana el próximo 8 de octubre en Barcelona “contra la amnistía y la autodeterminación”. “Ahí estaré”, anunció la presidenta de la Comunidad de Madrid. “Una cosa es asistir y otra convocar nosotros una manifestación”, resaltaron fuentes de la dirección nacional.
“No podemos quemar ya todos los cartuchos, aún no sabemos con certeza qué está negociando el Ejecutivo, hasta dónde está dispuesto a llegar. Estoy convencido de que la gran mayoría de españoles no quiere que Junts dirima la gobernabilidad del país, y por eso tenemos que ser firmes, pero tampoco testo una gran tensión al respecto, al menos fuera de Madrid. Las familias están a la vuelta al cole”, en palabras de un presidente autonómico consultado por este diario. Y añade: “Esa decisión le corresponde a Génova”. Extremo este último que comparten otros líderes territoriales.
Esa como fuera, lo que denota la posición fijada por Feijóo en la Junta Directiva Nacional y el debate abierto por Aznar sobre si manifestarse o no es que el PP ya ha asumido la derrota en la investidura, aunque todavía quedan dos semanas para que se celebre. Mientras, precisamente aprovechando que el turno es el de Feijóo, en Moncloa insisten en la discreción para evitar dar información sobre la negociación con Junts y el resto de posibles aliados.