Algo se muere en el alma cuando el bipartidismo se va
Día histórico. Hoy se ha extendido el certificado de defunción del bipartidismo, usando el lenguaje médico que tanto gusta a la clase política. Solo han faltado Los del Río, cantando la manoseada sevillana en el pasilllo. Ese pasillo en el que algunos hasta han soltado una lagrimita, pensando en que no lo volverán a pisar la próxima legislatura.
Foto: EFE
Día histórico. Hoy se ha extendido el certificado de defunción del bipartidismo, usando el lenguaje médico que tanto gusta a la clase política. Solo han faltado Los del Río, cantando la manoseada sevillana en el pasilllo. Ese pasillo en el que algunos hasta han soltado una lagrimita, pensando en que no lo volverán a pisar la próxima legislatura. Desde Montoro, deshecho en elogios a los periodistas que transmiten sus palabras, hasta Morenés, tan altivo como de costumbre, que se ha despedido con un "Adiós" y cara de horror ante la expectativa de volver. Mucho peloteo en general y nostalgia a paladas en el último día de sesión de control. Las mentiras del Gobierno, como ha titulado la oposición la jornada, y la herencia recibida, con que el PP ha decidido terminar tal y como arrancaron hace cuatro años, han cerrado este largo período en los que la mayoría absoluta ha cavado la tumba del sistema tal y como lo hemos conocido hasta ahora.
Así han sido los hits del día, fiel retrato de está última época:
Peloteando al torero
El 'torero' ha sido hoy Mariano Rajoy. Hasta tres veces se ha levantado a saludar al tendido después de desear a Pedro Sánchez que se quede en la oposición muchos años, entre aclamaciones de "¡Torero!" y los gritos de "¡Pelotas!". Desde las bancadas de la oposición: "¿Pero cómo no van a ser pelotas los populares si todavía están las listas sin cerrar y tienen que asegurarse el puesto?", comenta uno que forma parte de los dos tercios de diputados socialista a los que ya han dado pasaporte en su partido.
El peloteo en cadena ha empezado por uno de los más austeros en sus manifestaciones. Luis de Guindos no se ha sonrojado al afirmar que "ha sido un honor trabajar con el mejor presidente de la historia", como balance de estos cuatro años para él. Todavía necesita que Rajoy descuelgue el teléfono y le encuentre un sitio en Europa. Más patético aún ha sido ver correr a Martínez Pujalte detrás de Soraya Sáenz de Santamaría, mientras su jefa de gabinete le frenaba con un "Ya te llamaremos". La vicepresidenta ha evitado hacer balance porque "voy tarde a una conferencia que tengo en el Paseo de la Castellana". Para qué pringarse con el pasado si es la que más futuro tiene.
Despedidas que definen al personal
Ha faltado que al hijo del vizconde de Alerón y nieto de los condes de Asalto, acá ministro de Defensa, Pedro Morenés, sus señorías le dieran las gracias por haber gastado cuatro años de su vida entre tal ganado. "He venido aquí cuando se me ha pedido, dejando atrás mi fortuna y muchas cosas más", les ha espetado altivo desde la tribuna el expresidente del Club Puerta de Hierro. Mucha menos saliva ha gastado con la prensa al pedirle un balance de fin de legislatura: "Adiós".
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En el otro extremo, el ataque de ternura que le ha entrado a Cristobal Montoro. "Les voy a echar de menos a cada uno con su pregunta. La política de España se hace en este pasillo. Quiero valorar a quienes estáis aquí a pie de obra. Decídselo a vuestros jefes porque sé lo que cuesta transmitir los mensajes tal y como son". Ha estado tan entrañable que hasta los plumillas menos cortesanos han reconocido que ha sido el ministro más accesible para la prensa.
El ministro más breve, Iñigo Mendez de Vigo y Montojo, IX barón de Claret, ha apostado por la corrección política: "Esta ha sido una legislatura difícil, con una situación angustiosa en sus inicios y acabamos con mucha más esperanza".
Eslóganes que nos hartaremos de oír en la campaña
Cada ministro que ha subido a la tribuna ha glosado sus hazañas. Sus "mentiras", según la oposición en bloque. Fátima Bañez, responsable de mandar a mejor vida la revalorización de las pensiones, desligándolas del IPC, ha dicho sin pudor: "Más y mejores pensiones que nunca". Y Guindos se ha sacado de la chistera "dos millones de empleos en dos años", sin precisar si se refería a los dos próximos o a los de dentro de diez años.
Pedro Sánchez ha dejado claro que uno de sus eslóganes de campaña se centrará en acusar a Rajoy de mentir en todo, "miente más que habla", como ha asegurado hoy.
La pugna por el centro y a promiscuidad política
Nada más salir al pasillo, el líder del PSOE no ha perdido la oportunidad de sacar codos para hacerse con el ansiado hueco del centro, ese por el que pelean los cuatro partidos en liza, ese par de millones de votos que abren las puertas a la Moncloa. "La formula de Rivera es igual que la de Rajoy, recortes y desigualdad", aprovechando el anuncio de copago sanitario y educativo de Ciudadanos. La estrategia de Sánchez es idéntica a la de sus competidores, situar a la derecha o a la izquierda al resto.
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La promiscuidad política se ha puesto de moda como medio de situarse en el centro. Lo que antes era un vergonzante acto de chaqueterismo, ahora es un síntoma de pluralidad y apertura. Tanto Podemos como Ciudadanos se han nutrido de militantes de PSOE, UPyD, PP e IU, marginados en sus formaciones que han visto el cielo abierto. El caso que ha llevado el asunto a titulares ha sido el de Irene Lozano, ayer azote del PSOE y hoy alumna aventajada de Rosa Díez. En este último día, los diputados del PSOE siguen sin comprender qué beneficios aporta la adopción de Lozano. "Nosotros la incorporamos porque pensamos que nos ayuda a situarnos más en el centro y se monta este escándalo", reconoce uno de los tres colaboradores de Sánchez que conocían la operación.
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Cataluña ausente
La persistencia en obviar el problema catalán se ha mantenido hasta el final. A pesar de que hoy se ha conocido la detención del tesorero de Convergencia, el Gobierno ha seguido escurriendo el bulto. "Lo peor de esta legislatura es que Rajoy ha roto todos los puentes con Cataluña", se lamenta el diputado convergente Carles Campuzano, que en su balance incluye también "el aumento de la desigualdad y la sensación de que la corrupción es un cáncer. Por no acabar con mal sabor de boca, lo mejor ha sido el acuerdo sobre los refugiados firmado por todos los grupos en la Cámara".
11:04. Se levanta la última sesión. Abrazos entre colegas de distintos partidos, selfies a cascoporro y foto oficial en el hemiciclo. Imposible apuntar las cientos de razones con que justifican los que no repetirán que "Me voy, no me echan". Solo unos pocos son capaces de bromear con que habrá que repartir chupetes a los que llegarán a partir del 12 de enero de 2016. Van a bajar tanto la media de edad que los mayores que sobrevivan ya están pensando en hacerse un lifting.
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