Preguntamos a los palmeros cómo ven el futuro de su isla tras las heridas abiertas por el volcán Tajogaite en casas, carreteras, plataneras y enclaves turísticos.
Afectados y voluntarios rememoran cómo se vivieron los días de la erupción y exigen más rapidez y sensibilidad en la gestión de las compensaciones por las pérdidas.
Aparte de permitir que los científicos estudiaran la primera erupción canaria del siglo XXI, también nos mostró que el futuro pasa por convivir con estos fenómenos.
Hace un año empezaba la erupción del volcán de Cumbre Vieja en la isla de La Palma, que arrasó 12,1 millones de metros cuadrados y obligó a evacuar a más de 7.000 personas.
Un año después de la erupción del volcán de La Palma, vecinos del Valle de Aridane recuerdan el momento en que sus vidas quedaron en manos de la fuerza de la lava.
Es el mismo donde hace un año se produjo otro episodio similar que duró unos seis meses sin daños significativos y que se convirtió en un fenómeno turístico.
A la devastación en las islas de Mango y Fonoifua se suma un nuevo reto: evitar la entrada del coronavirus en un país con solo un caso notificado tras haberse blindado.