Su trabajo "tiene por objeto difundir el respeto a la diversidad, trabajar por la igualdad, prevenir el acoso, los abusos sexuales y la violencia de género".
El ejercicio físico es una de las recomendaciones más avaladas. De hecho, es saludable en si mismo. ¿Cómo incide el ejercicio físico en nuestra sexualidad? Para empezar: hacer ejercicio mejora la salud de nuestros vasos sanguíneos de tal forma que incide directamente en la erección en el varón y en la lubricación en las mujeres.
La sexualidad sufre cambios a lo largo de la vida de las personas. La edad no perdona en muchos sentidos. Y seguramente, en este tampoco. Son muchos los estudios que nos confirman que la sexualidad cambia, pero no tiene por qué empeorar, ni mucho menos desaparecer.
No hay nada que traiga más de cabeza a las mujeres (por lo menos en algún momento de su vida) que su flujo, sus variaciones en cantidad, aspecto y color. Culturalmente, asociamos la falta de flujo o sequedad a la esterilidad y el aumento a algo impuro o relacionado con enfermedad. La realidad no siempre es así pero lo cierto es que las consultas relacionadas con el flujo genital son bastante habituales.
Es muy habitual que, después de una discusión, la líbido de una mujer se esfume, incluso que tarde en volver. Porque para poder tener relaciones, dentro del marco de una pareja, necesitamos una seguridad afectiva, un estado receptivo que desaparece cuando discutimos.
"Y tú, ¿cuantas veces lo haces al mes?", se preguntaban entre risas unos amigos este fin de semana. Os pongo en situación. Pareja heterosexual de treinta y tantos, con hijos pequeños, en la que ambos trabajan fuera de casa. Seguro que te suena, ¿verdad? Se quejaban de la poca frecuencia sexual que tenían últimamente.
Conozco muchas mujeres a las que no les gusta el porno. No solo no les gusta; es que les repele, les echa para atrás. No quieren ni verlo. A veces mando como parte de la terapia sexual ver imágenes de alguna película porno. Pero ya me cuido de recomendar porno que no sea del común, del mundano, del que tú y yo sabemos. ¿Por qué? Porque no lo van a ver. No lo van ni a intentar.