Qué es la mal llamada 'viagra femenina' y por qué no debes tomarla
Los procesos de excitación son diferentes en hombres y en mujeres.
“He probado la viagra femenina y me puse como una burra”, afirmó Mónica Naranjo en Sábado Deluxe durante la promoción del programa de sexo que presentará en Cuatro.
En realidad la cantante no hablaba de la ‘viagra femenina’ como tal, sino que utilizó erróneamente el término para referirse a un brebaje que había probado en un mercado tradicional de Brasil (hecho a base de plantas como guaraná, raíz de sauco y otras hierbas). “Todo natural”, aseguró en aquella entrevista.
Sin embargo, si uno busca en internet ‘viagra femenina’, la gran mayoría de resultados que ofrece la red presenta toda clase de productos que de naturales no tienen absolutamente nada (y de fiables todavía menos).
Entonces, ¿qué es exactamente la viagra femenina? ¿Tiene algo que ver con lo que probó la cantante? ¿Sirve para algo? ¿Se necesita prescripción médica? ¿Puede resultar peligrosa?
Ante todas estas dudas y para evitar confusiones que den lugar a males mayores, El HuffPost se ha puesto en contacto con dos especialistas en el tema. El licenciado en Farmacia César Valera, vocal de plantas medicinales del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, y la sexóloga Norma Ageitos, miembro de la Asociación Estatal de Profesionales de la Sexología y autora del blog Sexuenea, arrojan luz en este controvertido tema.
“Para empezar, es un gran error hablar de viagra (femenina o masculina) para referirse a compuestos naturales hechos a partir de guaraná y otras hierbas medicinales. Ese es el gran fallo”, afirma el farmacéutico César Valera.
El experto señala que si hablamos de viagra lo hacemos de una serie de principios activos como el sildenafilo, tadalafilo o sohimbina, que sirven para tratar la disfunción eréctil y otras patologías clínicas o problemas vasculares. Y solo se debe recurrir a ellos bajo prescripción médica. “Nunca de forma recreativa. En caso de que haya que utilizarlos que sea el médico quien lo decida porque tienen muchos efectos secundarios”, insiste.
Valera recuerda que el sildenafilo, el principio activo de la famosa viagra (la azul, la masculina), es un vasodilatador que se investigaba para tratar enfermedades como cardiopatías y bajar la tensión arterial: “Y se vio que dilataba los vasos de los cuerpos cavernosos del pene y eso producía una erección”.
Pero esto no tiene nada que ver con los posibles efectos que produzcan algunas plantas medicinales, ni en el hombre ni en la mujer. “Desde el punto de vista farmacológico, no existe ninguna planta medicinal que produzca los mismos efectos que el principio activo de la viagra”, asegura.
Además, en el caso de las mujeres, la excitación funciona de un modo diferente. Por eso no hay un medicamento específico para ellas y debe ser el médico el que decida el tratamiento más adecuado en función del problema.
La sexóloga Norma Ageitos explica que “algunos de los productos con fama de ser potentes afrodisíacos solo contribuyen a una mayor irrigación sanguínea. Es decir, que ayudan únicamente a la parte más corporal de la excitación”.
“Estamos resumiendo el deseo a una mera cuestión de genitalidad y excitación, dando por hecho, además, que el motivo para el no deseo de encuentros eróticos en las mujeres se debe a una dificultad excitativa obviando todo lo demás”, señala.
La sexóloga opina que uno de las razones más frecuentes para el uso de estos afrodisíacos es querer acelerar un proceso que se considera excesivamente lento o dificultoso: “Es decir, es un intento se sortear o incluso de forzar el deseo de alguna de las partes. Otras veces, se busca probar algo nuevo o de disfrutar de sensaciones más intensas”.
Sobre el uso de plantas medicinales para aumentar la libido (aunque no se llamen viagra), el farmacéutico señala que hay sustancias como el guaraná, el ginseng, el azafrán u otro tipo de estimulantes que sí pueden ayudar, pero de forma muy limitada.
“Es como si te tomas muchos cafés. Si en una época de decaimiento tomas alguna de estas cosas... te animarás, estarás más contento, más alegre y con más ganas de todo. Pero de ahí a aumentar significativamente la excitación sexual hay una gran diferencia”, afirma.
Una posibilidad que contempla el farmacéutico es que ese supuesto producto natural que hayamos podido encontrar en internet o fuera de España esté adulterado.
“En Europa, las agencias del medicamento son muy estrictas. Constantemente se están retirando del mercado muchos productos que dicen en su composición que llevan guaraná o ginseng (eleuterococo), pero luego están adulterados precisamente con sildenafilo y otros principios activos. En cambio, fuera de Europa las autoridades sanitarias no son tan estrictas como aquí y por eso es fácil encontrar productos adulterados”, explica.
De hecho, la mayoría de productos retirados del mercado en las últimas semanas por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios ha sido por contener los principios activos sildenafilo, yohimbina o tadalafilo (aquellos destinados a tratar la disfunción eréctil).
Por ejemplo, el pasado 15 de abril, la agencia prohibió la comercialización del complemento alimenticio VX Cápsulas por contener sildenafilo y ordenó la retirada del mercado de todos los envases de este producto.
“Este es el gran problema. Que hay productos que dicen que llevan plantas, que las llevan, pero también llevan otras cosas que son medicamentos y tienen que consumirse con receta”, argumenta Valera.
El peligro de estos compuestos que se venden fuera de las farmacias y sin receta es que se ignora lo que realmente son. “No conocemos las composiciones, no sabemos las dosis que se han usado para hacerlos, ni el fabricante, ni el origen, ni la forma de fabricación, ni la higiene... y ha habido casos de intoxicaciones por comprar estos medicamentos fuera del canal de las farmacias”, alerta el farmacéutico.
“Por eso, desaconsejamos por activa y por pasiva que se recurra a productos comprados en internet (o en otro sitio que no sea la farmacia) o fuera de Europa”, afirma.
La sexóloga recuerda que los afrodisíacos en general no son algo nuevo: “Las primeras menciones datan de hace milenios, cuando estos productos se utilizaban vinculados a rituales de fertilidad y similares”.
Lo que le llama especialmente la atención es el hecho de que se hable de ‘viagra femenina’. “Una vez más, en lugar de pensar en algo específico y propio de y para las mujeres, la tónica general suele ser la de crear un producto que funcione como la famosa viagra pero con las mujeres”, lamenta la especialista, que recuerda que el error es pensar que el hecho de que una mujer no esté predispuesta a mantener relaciones sexuales no tiene que ver con una cuestión de falta de excitación.
“Por eso es tan importante entender qué es lo que falla y diferenciar entre una mera dificultad excitativa con la ausencia de deseo. La falta de deseo en las mujeres requiere atender a por qué ese deseo ha desaparecido y qué podemos hacer para recuperarlo”, explica Ageitos.
Para ello, en lugar de recurrir a cualquier tipo de productos mágicos, la sexóloga propone usar la imaginación: “Trabajar el deseo en pareja requiere de lo dicho, de trabajo, y es eso lo que no nos suele gustar nada. Nunca nos han enseñado a ahondar en nuestro deseo. Además, vivimos en una sociedad que sigue teniendo un montón de clichés frente a toda la sexualidad que no considere normal y los ritmos de vida que llevamos no siempre nos dan tiempo y espacio para poder explorar nuestro deseo con tranquilidad”.
Por eso, Ageitos invita a reordenar nuestras prioridades: “Cuando tenemos dificultades en otros aspectos relacionados con el bienestar sí que invertimos tiempo, entonces, deberíamos preguntarnos cuán importante es nuestra sexualidad y por qué merece la pena que invirtamos tiempo en mejorarla”.