La familia del falangista Primo de Rivera quiere sacarlo del Valle de los Caídos, pero no es el único fascista que aún tiene un enterramiento privilegiado en España.
El fusilamiento del padre de la Patria andaluza, en agosto de 1936, sigue siendo una herida abierta: su cuerpo espera en Pico Reja, el enterramiento con unos 1.300 muertos.