Podemos decir que a la mayoría le pareció que la combinación ideal con el jamón ibérico es, sin duda, con los vinos de jerez y, muy especialmente, con el fino, más que con la manzanilla. En ocasiones, según el ambiente y el clima, puede ser el oloroso. A continuación, los tintos, y aunque parezca mentira, mejor con crianza que con reserva o gran reserva. Es preferible un tinto más ligero, con menos madera.