La izquierda tiene que liberarse del imaginario del crecimiento. El crecimiento perpetuo es una idea absurda. Forma parte esencial del capitalismo. Es lo que el capitalismo, necesita, conoce y hace. Las políticas de izquierda nunca consistieron en aumentos cuantitativos del valor de cambio en abstracto. Consistían en punto específicos, en valores concretos de uso: el empleo, un salario digno, unas condiciones dignas de vida, un medio ambiente sano, la educación, la salud pública o agua potable para todos.