El presunto fin de ciclo que querían instaurar en la mentalidad colectiva ya no se sostiene ni con la propaganda cotidiana que masivamente nos venden en sus medios de comunicación.
Al presunto líder del PP le temblaron las piernas por algún titular en algún medio de comunicación y, especialmente, por la presión de la presidenta madrileña.
Resulta incomprensible el posicionamiento político del PP, centrado ahora en rebajas fiscales a los más pudientes en las CCAA donde gobiernan mientras al mismo tiempo exigen más dinero a la administración central.
Resulta imprescindible una cierta autocrítica de los hombres gais que formamos parte de las asociaciones, movimientos y partidos políticos comprometidos con los derechos LGTBI.
¿De verdad se puede llegar a un acuerdo que no implique la sumisión de los ucranianos, de su derecho a decidir libremente su futuro, y de la renuncia a los valores democráticos y europeístas a los que tanto teme el autócrata?
Hablen en catalán o hablen en castellano, las derechas y los populismos, especialmente, tienen un serio problema con la legalidad y los principios éticos.