Hay gente que decide invertir su tiempo de veraneo en otras historias, chavales que se apuntan a vivir experiencias en ONGs, médicos que invierten sus días de asueto en operar de forma altruista en lugares inhóspitos sin apenas acceso a la sanidad, o universitarios, como los que he acompañado este verano, que pasan sus vacaciones viviendo una experiencia transformadora de su mundo interior y exterior.