El pensamiento positivo no funciona
Para resolver el malestar, una situación que nos hace sufrir, cualquier método basado en el control del pensamiento, es decir, a fuerza de convencerse a uno mismo, no dará resultados profundos ni duraderos. No piensen en positivo, tengan confianza, exploren, descubran y disfruten de entender la vida. No huyan del malestar, aprendan a resolverlo.
Ellos nos miraban, y nosotros les mirábamos a ellos. Tratábamos de evaluar hasta qué punto comprendían la trascendencia de lo que acabábamos de exponer. En el auditorio, el sonoro silencio nos hacía dudar, y volvimos a exponerlo desde otro punto de vista.
"Para resolver el malestar, una situación que nos hace sufrir, cualquier método basado en el control del pensamiento, es decir, a fuerza de convencerse a uno mismo, no dará resultados profundos ni duraderos".
Solemos insistir en este punto porque muchas personas llegan a la consulta tras años de esfuerzos por poner en práctica métodos que no funcionan. Un ejemplo de ellos son los derivados del llamado pensamiento positivo, método que consistente en repetirse frases positivas, o convencerse con sentencias bonitas para superar una situación difícil o circunstancias que producen sufrimiento.
¿Y por qué no puede funcionar ese método? Porque los así llamados pensamientos positivos tratan de provocar emociones artificiales, emociones generadas por pensamientos enlatados, en un intento de acallar las emociones reales que el conflicto que nos acucia provoca, sin entender la causa de dicho sufrimiento. Sería algo similar a que un médico les dijera ante una infección de oído, "si ve que le duele, cante algo alegre".
El sufrimiento psicológico, como el dolor físico, es un aviso de que algo anda mal. La solución a ese problema no puede ser acallar el malestar, sino entender y resolver el origen de ese malestar. Siguiendo el ejemplo anterior, si uno aprende a curar la infección, dejará de dolerle el oído y podrá disfrutar cantando.
Uno no elige cómo se quiere sentir
Otros errores muy repetidos son afirmaciones tales como "cada uno elige cómo quiere vivir o cómo se quiere sentir", o "el sufrimiento es opcional, uno puede decidir no sufrir". Nada más lejos de la realidad. Cuando alguien está padeciendo cualquier malestar psicológico, no puede elegir cómo se quiere sentir, incluso ni siquiera elige muchas de las cosas que piensa. Con ese tipo de pensamientos positivos se puede reprimir el malestar si éste no es muy intenso, pero esto no le permitirá sentirse bien a largo plazo. Lo que sí da resultado es que una persona aprenda a resolver el malestar, entonces sí estará forjándose una vida cada vez más satisfactoria.
Es doloroso ver que en muchos casos, los que no han conseguido aprender a reprimir el sufrimiento, lejos de entender que el método de pensar en positivo, o de "elegir cómo te quieres sentir", no son efectivos, han llegado a la conclusión de que el problema son ellos. Que son ellos los que son incapaces de llevarlo a cabo, generando autocrítica y desvalorización personal, lo que acaba por ser un problema añadido al anterior.
Entre el auditorio comenzamos a ver gestos de afirmación, sonrisas en las caras de nuestros oyentes. Caras que nos confirman, una vez más, que muchos de los presentes habían sufrido esa angustia de no sentirse capaces de aplicar lo que les habían enseñado, creyéndose íntimamente torpes y sin esperanza de resolver sus conflictos.
En el turno de preguntas
- ¿Quieren decir que cuando uno está preocupado por algo y trata de pensar en otra cosa más agradable, eso es malo?
- Cuando se trata de resolver un conflicto, una situación que le hace sufrir, pensar negativamente es perjudicial, tanto como pensar positivamente...
Un murmullo recorrió la sala.
- ... lo que hay que hacer es explorar el problema, tratar de entenderlo, descubrir los errores que se puedan estar cometiendo, qué emociones nos produce y cómo resolverlas, con qué actitud estamos afrontando el conflicto y cómo afecta esa actitud al resultado, a la situación. Para poder hacer esto, es necesario también afrontar correctamente las emociones que nos provoca ese problema, pues si rechazamos las emociones o perseguimos otras emociones positivas, no podremos explorar, indagar, ni descubrir nada nuevo dentro del problema. Y si no descubrimos nada nuevo, los viejos patrones y su sufrimiento continuarán.
- Pero mientras reflexionas y entiendes la causa del problema, ¿qué haces con el malestar?
- Si usted se refiere a las sensaciones y emociones desagradables, hay que sentirlas, no pensarlas, no rechazarlas, no cambiarlas. Hay que explorarlas sintiendo, hay que perder el miedo a sentir el malestar y verán qué ocurre. Esto es lo que les dará verdadera inteligencia -fue nuestra respuesta.
De nuevo silencio en la sala.
Habitualmente, llegados a este punto, la mayoría de los oyentes ve la veracidad y lógica en lo que exponemos, pero entonces comienzan a pensar que hacer eso es muy difícil. Ese pensamiento de que es difícil surge de un temor inconsciente a no ser capaz, a fracasar. Sin embargo, todos los seres humanos están capacitados para aprender a resolver su malestar.
- La realidad es que no saben si es difícil o no, porque no lo han intentado de este modo hasta ahora. Por tanto, no piensen que es difícil, mejor dense cuenta de que en realidad aún no saben.
Risas entre los oyentes. Muchos se reconocen en lo que exponemos, buscan excusas por temor a intentar algo nuevo, incierto. La alegría da paso a una cierta agitación en los asistentes, algo de euforia, impaciencia, ganas de intentarlo.
- No piensen en positivo, tengan confianza, exploren, descubran y disfruten de entender la vida. No huyan del malestar, aprendan a resolverlo.