Un hombre deja una casa en herencia y la nuera es desalojada de inmediato con un mensaje demoledor
El hombre había comprado la vivienda a su madre en 2000, pero no se realizaron documentos oficiales que respaldaran la transacción.
En Ylöjärve, Finlandia, una disputa familiar desató un complicado caso judicial tras la muerte de un hombre que, en vida, había prometido a su pareja derechos de residencia sobre una vivienda que no le pertenecía. Los hechos se remontan a 2021, cuando la vida de una mujer de poco más de 55 años cambió radicalmente tras el fallecimiento de su pareja, un hombre de unos 60 años. Poco después, su suegra, de 80 años, le informó que debía desalojar la casa que habían compartido durante más de tres décadas.
Aunque el fallecido había dejado un testamento en 2018 que garantizaba a su pareja el derecho vitalicio de residencia, el problema surgió cuando se reveló que la verdadera propietaria de la casa era su suegra. El hombre había comprado la vivienda a su madre en 2000, pero no se realizaron documentos oficiales que respaldaran la transacción. Esto dejó a la nuera en una situación legal precaria tras la muerte de su pareja.
En 2022, la mujer fue desalojada de la casa, que había sido renovada junto a su pareja desde los años 90 con una inversión estimada de 300.000 euros. Alegando que estas reformas se realizaron bajo la creencia de que eran los propietarios, la nuera presentó una demanda contra su suegra en el tribunal de distrito de Pirkanmaa, exigiendo 300.000 euros por daños y perjuicios y 100.000 euros por enriquecimiento injustificado.
El tribunal desestimó la reclamación por daños, argumentando que no había pruebas de que la suegra conociera la errónea creencia de la pareja sobre la propiedad de la casa. Sin embargo, sí consideró que las reformas beneficiaron injustamente a la suegra, quien debía pagar 50.000 euros en compensación.
El conflicto legal también incluyó una contrademanda de la suegra, quien exigió a la nuera y a la herencia de su hijo más de 5.000 euros por pagos de hipoteca tras el desalojo. Aunque esta reclamación fue parcialmente aceptada, el tribunal determinó que las cifras presentadas eran incorrectas y ambas partes debían asumir sus propios costes legales.
A pesar del fallo, ninguna de las sentencias es definitiva, ya que la suegra ha apelado al Tribunal de Apelación de Turku, prolongando un proceso que ha generado costes legales superiores a 95.000 euros entre ambas partes. Mientras tanto, la disputa sigue dejando huella en una familia fracturada por el conflicto.
