Veamos. Paolo Vasile está contento. María Teresa Campos también, porque "le he dado una alegría al jefe". (Las dos entregas del programa han sido líder en sus franjas: un 18,4 la primera y un 17,3 la segunda. Dos millones trescientos mil espectadores cada vez). Bigote Arrocet (que por mucho que me insistan en que su nombre es Edmundo, para mí será siempre Bigote, faltaría más), encantado también, pinta camisetas y árboles, no come marisco y siempre pide steak tartar. Terelu está gorda como nunca estuvo y eso lo lleva mal. ¿Qué más se puede pedir?