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Soy técnica en nutrición y esto es lo que debes saber sobre el azúcar en sangre y los dulces

Soy técnica en nutrición y esto es lo que debes saber sobre el azúcar en sangre y los dulces

En este proceso influyen desde el tipo de alimento y la cantidad que consumamos hasta nuestro estilo de vida general. 

El mostrador de una pastelería.GETTY

Cuando se habla de azúcar en sangre, muchas veces surgen alarmas innecesarias que generan miedo en torno a alimentos dulces. La técnica en Nutrición y Dietética Ana Luzón resalta la importancia de "recordar que las subidas de glucosa después de comer no solo son normales, sino que forman parte del funcionamiento natural de nuestro organismo". Y explica que "el verdadero problema no es que el azúcar suba, sino el contexto en el que esto ocurre". 

La pregunta es, por tanto, si es malo que suba el azúcar en sangre. Luzón lo aclara: "No lo es, que el azúcar en sangre suba tras comer es un proceso fisiológico. Cuando ingerimos carbohidratos, ya sean presentes en frutas, cereales, legumbres o incluso en un trozo de pastel, estos se descomponen en glucosa, que pasa al torrente sanguíneo para ser utilizada como energía. Este aumento estimula la producción de insulina, la hormona encargada de que esa glucosa entre en las células y cumpla su función". 

Por lo tanto, el problema no radica en este proceso natural, sino en otras cuestiones, que explica esta nutricionista. En primer lugar, hay que tener claro cómo sube el azúcar. "Cuando los picos son rápidos y elevados, como ocurre con alimentos ricos en azúcares simples y poca fibra (bebidas azucaradas, bollería industrial, golosinas", dice esta experta.. La segunda cuestión la frecuencia con la que se toma, prosigue. "Consumir alimentos ultraprocesados o dulces con regularidad y en exceso puede saturar los sistemas de regulación del cuerpo". Y en tercer aspecto es el estilo de vida general que llevemos, enfatiza Luzón: "La falta de actividad física y una dieta pobre en nutrientes pueden dificultar la capacidad del cuerpo para manejar estas subidas. El verdadero problema es el sedentarismo unido a la dieta de baja calidad. 

Es decir, "el impacto de los alimentos dulces no debe analizarse de forma aislada. La capacidad del cuerpo para manejar las subidas de glucosa depende en gran parte de los hábitos generales", recalca Luzón. Y, a continuación explica cómo nos afecta el sedentarismo: "La actividad física mejora la sensibilidad a la insulina y permite que las células utilicen la glucosa de manera eficiente. En cambio, un estilo de vida sedentario aumenta el riesgo de acumular grasa abdominal, desarrollar resistencia a la insulina y presentar niveles crónicamente elevados de glucosa". 

Y, por otro lado, expone cómo nos afecta la dieta de baja densidad nutricional: "Los patrones alimentarios ricos en ultraprocesados, pobres en fibra, vitaminas y minerales, no solo favorecen los picos de glucosa, sino que también privan al organismo de los nutrientes necesarios para mantener un metabolismo sano". Un ejemplo claro, señala esta técnica en dietética, "es el de alguien que come dulces ocasionalmente dentro de una dieta rica en frutas, verduras, proteínas de calidad y grasas saludables, y que se mantiene activo, tendrá una mejor regulación de la glucosa que alguien que basa su alimentación en ultraprocesados y es sedentario". 

En lugar de evitar dulces, prioriza un contexto saludable No es necesario demonizar los dulces ni buscar trucos para “neutralizar” su efecto. En lugar de centrarnos en evitar que suba el azúcar en sangre, lo importante es seguir estas pautas, apunta Ana Luzón. La primera es "adoptar una dieta equilibrada, que sea rica en alimentos frescos y de calidad, como frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, proteínas y grasas saludables".  La segunda, es ser físicamente activo. "Incorporar movimiento diario, como caminar, hacer ejercicio o realizar actividades que disfrutes, ayuda a que el cuerpo utilice mejor la glucosa". 

Y la tercera pauta es disfrutar de los dulces con moderación, añade. "Los dulces no son el problema si se consumen ocasionalmente dentro de una dieta globalmente saludable. Que el azúcar suba después de comer es un proceso natural y necesario. Lo que realmente importa no es evitar esa subida, sino mantener un estilo de vida que favorezca una regulación óptima de los niveles de glucosa: una alimentación equilibrada, actividad física regular y un enfoque flexible hacia los dulces", aclara Luzón.

Así que, te aconseja que "no busques 'trucos', busca equilibrio. Una relación saludable con la comida, basada en hábitos sostenibles, es la clave para cuidar de tu salud a largo plazo", concluye esta nutricionista.