Malos hábitos que te hacen pasarte con la comida sin darte cuenta, según una técnica nutricionista

Malos hábitos que te hacen pasarte con la comida sin darte cuenta, según una técnica nutricionista

Éstas son las cinco costumbres más habituales que perjudican nuestra salud

Un grupo de personas comiendo y charlando.Getty Images/iStockphoto

“Si yo como bien y poco, pero no adelgazo”. Habrás oído muchas veces esta frase de boca de alguien que busca perder peso, pero no lo consigue. Pero eso no significa ni que mienta ni que le falte razón. Aunque es muy probable que lo que le pase es que no sea consciente de que, como se suele decir, “come mal”. Es decir, tiene malos hábitos que le hacen consumir más de lo que su cuerpo necesita, sea o no consciente de ello. De ahí la importancia de ser conscientes tanto de estos malos hábitos como de lo que cada cuerpo necesita, algo que nos explica la técnica en Nutrición y Dietética Ana Luzón.

El primero es no comer la suficiente fibra. “La fibra es esencial para la sensación de saciedad. Si tu dieta es baja en fibra, es probable que sientas hambre más rápido después de las comidas, lo que te lleva a comer más”, advierte esta experta. “Lo que hace la fibra es ralentizar la digestión y ayudar a estabilizar los niveles de azúcar en la sangre, lo que te mantiene lleno por más tiempo,” aclara. Por lo tanto, para evitar esto, Luzón dice que debes asegurarte de incluir en tu dieta alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras, legumbres, y granos enteros.

También es una mala costumbre el no comer suficientes proteínas. Porque, como resalta esta nutricionista, “la proteína no solo es fundamental para la reparación y construcción muscular, sino que también juega un papel clave en la regulación del apetito”. Así que acuérdate de este consejo que nos da Luzón: “Consumir una cantidad adecuada de proteína en cada comida puede ayudarte a sentirte satisfecho por más tiempo. Las personas que no lo hacen tienden a sentirse más hambrientas y pueden recurrir a snacks poco saludables, lo que lleva a un exceso de calorías”. Y, como pista, nos sugiere algunas fuentes saludables de proteína, como las carnes magras, huevos, lácteos, legumbres y frutos secos.

Otro mal hábito, que en realidad sabemos de sobra, es el consumo de alcohol. “A menudo es un factor subestimado cuando se trata de comer en exceso”, asegura la técnica en nutrición. “El alcohol no solo es alto en calorías vacías, sino que también puede disminuir tus inhibiciones, lo que hace más probable que consumas alimentos poco saludables en grandes cantidades”, señala esta técnica en dietética. Además, conviene que sepas otro dato que nos da esta experta: que “el alcohol puede interferir con la señalización de las hormonas del apetito, lo que puede llevarte a comer más de lo necesario”.

En cuarto lugar está la falta del descanso adecuado. “El sueño insuficiente o de mala calidad afecta a las hormonas que regulan el apetito, como la grelina y la leptina”, explica Ana Luzón. “La grelina es la hormona que estimula el hambre, mientras que la leptina es la que te hace sentir lleno”, detalla. Por lo tanto, cuando no duermes lo suficiente, los niveles de grelina aumentan y los de leptina disminuyen, lo que puede llevar a un aumento del apetito y, en consecuencia, a un consumo excesivo de calorías. Además, añade esta experta, “la falta de sueño puede hacer que busques alimentos ricos en calorías y azúcares para obtener energía rápida, lo que puede derivar en un aumento de peso”.

Y, finalmente, algo muy habitual también: comer distraído. “Cuando comes distraído, no prestas atención a las señales de saciedad de tu cuerpo, lo que a menudo conduce a comer en exceso sin darte cuenta”, advierte esta nutricionista. Esta mala costumbre “puede hacer que consumas más calorías de las necesarias y puede afectar negativamente tu digestión, ya que tu cerebro no está completamente involucrado en el proceso de comer”, advierte.

En conclusión, resume Luzón, existen varios hábitos que pueden llevarnos a comer en exceso sin que nos demos cuenta, afectando nuestra salud y bienestar. “No consumir suficiente fibra o proteína, descansar mal, beber alcohol en exceso, y no gestionar bien el estrés son factores que influyen directamente en nuestra sensación de saciedad y, en consecuencia, en la cantidad de alimentos que ingerimos”. Así que memorízalos y presta atención a ellos porque sino puede que tu cuerpo te envíe señales erróneas, llevándote a comer más de lo necesario.

Aparte de esto, para contrarrestar estos malos hábitos,” es crucial aprender a llevar una dieta completa y equilibrada que cubra nuestras necesidades nutricionales, ayudándonos a mantenernos saciados y a evitar los excesos”, insiste la nutricionista. Y nos aconseja contar con la guía de un dietista o nutricionista, ya que éste “puede ser una herramienta clave para adoptar hábitos alimentarios saludables y sostenibles a largo plazo, que es lo mejor para asegurar que nuestro cuerpo reciba todos los nutrientes que necesita para funcionar correctamente”, insiste esta experta.