El ordenador no es 'cool', pero no podemos vivir sin él
El PC es un factor de producción de primer orden y está tan imbricado en la economía como la electricidad o el transporte, y no conozco todavía a ninguna empresa que haya renunciado al ordenador personal para sacar adelante su operativa diaria, a pesar de que sus empleados se pasen el día presumiendo del último iPhone.
Los últimos años han sido aciagos para el PC. La crisis, que cortó de raíz la renovación del parque de ordenadores en las empresas, o la preferencia de los usuarios por otros formatos más cool, como el smartphone o la tableta, llevaron a algunos a anunciar la muerte del ordenador personal.
Sin embargo, en 2014, tan pronto la economía y las inversiones se han recuperado, el PC también lo ha hecho. Desde hace meses, las cifras de venta quitan razón a los agoreros que lo llevaron a la tumba antes de tiempo. El PC es un factor de producción de primer orden y está tan imbricado en la economía como la electricidad o el transporte, y no conozco todavía a ninguna empresa que haya renunciado al ordenador personal para sacar adelante su operativa diaria, a pesar de que sus empleados se pasen el día presumiendo del último iPhone o Samsung Galaxy.
Como consecuencia, 2014 ha sido el primer ejercicio en cuatro años en que las ventas de ordenadores de sobremesa y portátiles suben en España. Y lo ha hecho un 37%, según la consultora IDC. Además, en la recta final del ejercicio, las ventas crecieron un 40% por el tirón de las fiestas. Han sido, según los fabricantes, "las mejores navidades" en mucho tiempo.
Entre octubre y diciembre creció la demanda de equipos informáticos en empresas y hogares. A poco que han respirado financieramente, las compañías e incluso la austera Administración han empezado a renovar sus equipos antiguos, muchos con Windows XP, un sistema que -no conviene olvidarlo- se quedó sin soporte en abril. Los gestores de este país ya no podían seguir estirando como un chicle el ciclo de vida de los equipos sin poner en riesgo su propia informática y mermar la productividad de sus empleados.
En el ámbito del consumo, los compradores han vuelto a mirar al ordenador personal, después de unos años en que la tableta fue la verdadera protagonista de los lineales de las tiendas. Y es que "el momento tableta" ha pasado. De hecho, en 2014 se han vendido un 10% menos en España, a pesar del poder seducción del iPad. La falta de verdadera innovación en estos aparatos (más ligeros y rápidos, pero no mucho más) hace que los clientes que en su momento se decidieron a comprar su primer tablet, atraídos por la novedad o por el bajo precio, no hayan renovado esta vez.
Una innovación que, a pesar de las dudas que siempre ha despertado Windows 8, sí están apreciando los usuarios de PC, que hoy pueden acceder a una amplia gama de formatos: desde portátiles que hacen de estación de trabajo a "dos-en- uno" de tableta y portátil, pasando por estilizados Ultrabooks o pantallas táctiles de gran formato para el ocio y la ofimática de toda la familia, y todo por unos precios bastante ajustados y disfrutando de gran autonomía gracias a la mayor eficiencia energética de los procesadores.
En fin, que el PC, a pesar de los vaivenes de Microsoft y del irresistible encanto del smartphone, se recupera, y el mercado vuelve lentamente a los niveles de venta de antes de la crisis, cuando se comercializaban alrededor de 4,5 millones de máquinas cada ejercicio. En 2014, la industria alcanzó la cota de los 3,5 millones de equipos, y todo hace pensar que si la economía avanza conforme a las previsiones, este año el mercado se superarán con creces los cuatro millones, aunque, quizá, todavía sea pronto para decirlo.