Las razones por las que la oposición de Venezuela habla de "fraude" y no asume la victoria de Maduro
Los de González Urrutia y Machado denuncian, sobre todo, irregularidades en la transmisión de datos, además de casos de testigos que no han podido entrar en los colegios o de piquetes violentos por parte de los chavistas.
La oposición venezolana, el centroderecha que se había unido en una lista común para tratar de ganar las elecciones, no reconoce la victoria del oficialista Nicolás Maduro, adelantada por el Consejo Nacional Electoral (CNE). Insiste en que se ha producido un "fraude", que no es uno más, porque de él no depende un margen cualquiera de votos, sino un vuelco, la posibilidad de dejar atrás el chavismo, gobernando el país desde 1999. "Es desconocer y violar la voluntad popular", denuncia María Corina Machado, la líder disidente, que no ha podido ser cabeza de lista por esta inhabilitada.
¿Pero en qué se basan los opositores para sustentar esa denuncia, cuando aún no tienen pruebas en la mano? La acusación más seria es que ha habido irregularidades en el proceso de transmisión de datos por parte, justamente, del Consejo Nacional Electoral. Según Delsa Solórzano, presidenta del partido Encuentro Ciudadano y la responsable del macrosistema de vigilancia que los críticos a Maduro habían planteado para el 28-J, el CNE no permitió el acceso a los testigos opositores en la sede central de Caracas y, a través de sus operadores, detuvo la transmisión de resultados desde los centros de votación hasta el Consejo, donde debían ser reunidos y contabilizados. Al final, los resultados se conocieron seis horas después de que cerrasen los colegios electorales.
Solórzano explicó que habían intentado comunicarse con el CNE y que no habían recibido respuesta, por lo que decidieron informar de este fallo a la comunidad internacional, en busca de amparo. Ante este fallo, pidió a sus representantes y testigos -más de 700.000 personas en todo el país- que no se movieran de sus respectivos colegios electorales, por lo que pudiera pasar, para estar "perfectamente informados" de lo que pasaba en cada mesa y las actas que se levantaban, que es lo que países como España han reclamado al 100% para poder avalar los resultados.
"Hoy Venezuela ya sabe lo que pasó, y lo que pasó no es otra cosa que el espejo de una campaña electoral maravillosa, acompañada por millones de personas", añadió Solórzano. "Lo que pasó es que Venezuela hoy puede celebrar en paz el ejercicio de la democracia", defendía la opositora, insistiendo en que por la parte de sus críticos no se había producido altercado alguno.
"Sin embargo, pareciera que hay algunos que no quieren que esto ocurra, como ya lo han hecho en el pasado", denunció la exparlamentaria, que preside el partido Encuentro Ciudadano, uno de los que más problemas han tenido para que se permitiera a su gente acceder a los colegios o cuyo personal se ha visto "obligado a abandonar" los recintos. "No se ha permitido el ingreso de los testigos al CNE. Hay una importante cantidad de centros de votación en donde están retirando a nuestros testigos. Y esto es un patrón (...) ¡Pararon la transmisión de los resultados!”, insistió.
A la transmisión de datos y la falta de acceso a los verificadores opositores respondió Maduro más tarde, en su discurso de victoria, desde Caracas. Frente al relato de sus adversarios, el candidato del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) señaló que se había llevado a cabo un "hackeo masivo" al sistema de transmisión del organismo electoral.
"Venezuela sufrió un ataque en la noche, un hackeo masivo, ya sabemos de qué país viene -no lo voy a decir, ya la huella quedó marcada- al sistema de transmisión del Consejo Nacional Electoral porque los demonios y las demonias (en alusión a María Corina Machado) no querían que se diera el boletín oficial hoy", dijo. El mandatario aseguró que saben "de dónde lo hicieron" y queda en manos de la Fiscalía "hacer cumplir la justicia". Por ahora no se ha informado del posible origen de este pirateo, que en medios críticos se lee como una manera de contrarrestar la denuncia inicial de los opositores.
El presidente del Consejo Nacional Electoral de Venezuela, Elvis Amoroso, avaló la versión de Maduro. Aseguró que el retraso en dar a conocer los resultados de la elección se debió a una "agresión en contra del sistema de transmisión de datos". Los resultados en los que se contabilizaban el 80% de las mesas y que proclaman ganador a Nicolás Maduro con 51,2% de los votos se dieron a conocer hacia las seis de la mañana (hora española) de este lunes "luego de solventar una agresión en contra del sistema de transmisión de datos que retardó de manera adversa la transmisión de los resultados de las elecciones presidenciales".
Amoroso añadió que habían solicitado al fiscal general de la república que se inicie una investigación "sobre las acciones terroristas perpetradas contra nuestro sistema electoral, contra los centros de votación y funcionarios electorales".
Y minutos antes de a intervención de Amoroso, el ministro de Exteriores venezolano, Yván Gil, escribía en su cuenta de la red social X: "Venezuela denuncia y alerta al mundo acerca de una operación de intervención en contra del proceso electoral, nuestro derecho a la libre autodeterminación y la soberanía de nuestra Patria, de parte de un grupo de gobiernos y poderes extranjeros".
Machado, en su comparecencia ante los medios, se aferraba a los datos que ya tenía en su poder: primero dijo que, cuando ya habían recibido el 40% de los informes, su candidato, Edmundo González Urrutia, ganaba por un 70% de los votos, frente a un 30% de la lista de Maduro. Más tarde, se le preguntó si ese porcentaje se mantenía conforme avanzaba el recuento y ella volvió a repetir el dato: "El 100% de las actas del CNE las tenemos y esta información coincide en que Edmundo González Urrutia obtuvo el 70% de los votos y Nicolás Maduro el 30%", indica la CNN. "Ganamos, todo el mundo lo sabe", defendió, insistiendo en que tanto los recuentos de votos que había recibido como las encuestas a pie de urna y los conteos rápidos mostraban que González tenía una ventaja de 40 puntos porcentuales sobre el actual presidente del país.
La líder disidente informó de que en los próximos días se anunciarán distintas acciones "para defender la verdad" y "el respeto de la soberanía popular", aunque en la madrugada caraqueña eludió dar más detalles al respecto. Países críticos con el chavismo están pidiendo, de momento, ese conteo público mesa a mesa, una verificación fiable y una auditoría de los datos, si hiciera falta. Se espera con ansia el informe que mañana dará a conocer el Centro Carter, una institución independiente que sí ha podido estar presente en las elecciones, además de testimoniales representantes de la Unión Europea y la ONU, después de que se vetaran delegaciones formales y serias.
La jornada se ha desarrollado con notable normalidad, lo que tanto por los oficialistas como por los críticos se ha explicado como muestra de una cara voluntad de que se escuche la voluntad de los ciudadanos. Los disidentes han denunciado, no obstante, esa complicación para el acceso a los centros de votación de parte de sus testigos y, también, cierta intimidación por parte de defensores del chavismo tras el cierre de urnas, que habría complicado el recuento y generado tensión.
Los de Machado y González han ido dando cuentas puntuales de cada problema que han tenido para hacer campaña, antes del día d. Desde papeleo excesivo que le ha dejando fuera de juego a candidatos y observadores hasta árboles cortados en la carretera para evitar comitivas, localidades en las que se les han negado permisos para colocar un escenario o un micrófono y complicaciones para que su mensaje se publique en unos medios mayoritariamente controlados por el Gobierno. Un "panorama mediático atrofiado", como lo llama Reporteros Sin Fronteras. Además, dicen que desde primera hora de la mañana, "apócrifas encuestas a boca de urna auguraban una inverosímil y holgada victoria del Partido Socialista Unido de Venezuela", que complicaron la movilización.
Y, de más atrás, estaba el problema con el voto exterior: de los cerca de cinco millones de venezolanos con derecho al voto en el exterior, sólo el 1% ha podido depositar su voto en una urna este domingo por las numerosas trabas impuestas por las autoridades venezolanas. El último padrón electoral contemplaba 69.000 personas habilitadas para votar fuera de Venezuela en las elecciones y los críticos atribuyen esa cifra tan baja a una "estudiada estrategia gubernamental" para impedir que los emigrantes tuvieran un peso decisivo en la elección. Muchos de ellos se han ido de Venezuela precisamente por ser críticos con Maduro y las encuestas auguraban un repute si repetía en el cargo.