La agente 007 rusa destapa su recorrido "de cama en cama" como espía de Putin
La historia de la exespía Anna Chapman levanta todo tipo de interés y no solo Rusia.
Su nombre es totalmente desconocido por casi todo el mundo, y en esta ocasión, este apunte habla especialmente bien del trabajo realizado por parte de esta persona. Hablamos de Anna Chapman, una espía rusa que trabajó para los servicios del Kremlin durante años gracias a sus dotes a la hora de establecer relaciones e incrustarse entre los más algunos de los hombres más poderosos del mundo: oligarcas, jeques, multimillonarios, empresarios de éxito de primer nivel, etc.
Un físico prodigioso, unido a unas hábiles dotes seductoras y convincentes, la convirtieron en una mujer muy deseada para los hombres de las más altas esferas que, sin embargo, no sabían que las intenciones de la joven eran muy distintas a las que ellos podrían imaginarse.
Ahora, Anna Chapman ha revelado en un libro autobiográfico llamado "BondiAnna: To Russia With Love", todo cuanto vivió en su etapa de espía rusa: desde su reclutamiento hasta detalles e intimidades de lo más explícitas.
En el libro, la extrabajadora de Putin revela abiertamente cómo gracias a su físico y la facilidad para atraer a hombres poderosos la convirtió en una 'llave maestra' para abrir la puerta de casi cualquier multimillonario de éxito mundial. Según relata, fue reclutada por el SVR, el servicio de inteligencia exterior ruso, cuando residía en Londres y vivía con su entonces esposo, Alex Chapman, aunque esa historia no terminó bien.
Tras separarse de su pareja, se le abrió una oportunidad a la que no pudo resistirse. Fue en la capital británica donde la contactó Krill -pseudónimo de un alto cargo de la inteligencia rusa- quien tras comprobar las hábiles dotes que Anna tenía para seducir e introducirse de lleno en los círculos de mayor poder del mundo en muchos casos, la reclutó para que trabajara para Moscú.
En el proceso de reclutamiento, la mujer narra en su libro que Krill se sentó a su lado en un vuelo hacia Moscú, y durante el viaje fue poniéndola a prueba para comprobar sus implicaciones e inclinaciones patrióticas antes de evaluarla directamente a través de su compañera de piso en Londres, Elena Savitskaya.
Posteriormente, en una nueva visita a Moscú, la espía fue sometida a una sesión con un psicólogo en la que le hicieron numerosas preguntas para comprobar hasta el más mínimo detalles de sus pensamiento.
Finalmente, relató cómo en la siguiente sesión, fue entrevistada por un hombre llamado Vladimir Vladimirovich (coincide con el nombre y segundo nombre de Putin), que fue quien terminó el trabajo de la psicóloga y contrató finalmente a Anna Chapman.